La noche más violenta de Iguala

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El 26 de septiembre de 2014, en Tixtla, dos autobuses --los números 1531 y 1568-- salieron de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, rumbo a Chilpancingo donde alrededor de 80 normalistas intentarían secuestrar más vehículos con el propósito de usarlos para trasladarse a la Ciudad de México y participar en la marcha del 2 de octubre. Sin embargo, cambiaron su plan y se dirigieron a Iguala.

Ahí, después de hacer labores de boteo,  decidieron ir a la terminal de autobuses del municipio donde tomaron tres camiones más. Durante todo ese tiempo estuvieron bajo el monitoreo del grupo del crimen organizado que opera en ese municipio: Guerreros Unidos. No obstante, su intento de llevarse los automotores se vio obstaculizado por ataques en los que, de acuerdo con las indagatorias perpetraron integrantes de ese grupo y policías coptados por éste.

Los normalistas fueron brutalmente agredidos principalmente en dos puntos: la  calle Juan N. Álvarez esquina con Periférico --camiones 1568, 2012 y 2510--, en dos ocasiones, y en la autopista Iguala-Chilpancingo a la altura del Puente del Chipote --autobús 1531--; en estos sitios, 43 estudiantes fueron desaparecidos y su paradero aún se desconoce. Un autobús más --3278-- fue abandonado por los jóvenes que huyeron para evitar ser agredidos.

La acción violenta desplegada esa noche alcanzó también a otro autobús: el utilizado por el equipo de futbol Avispones de Chilpancingo, así como a autos particulares y taxis y sus ocupantes. El saldo final de la operación de violencia fue de nueve muertos y 27 heridos.

Gráficos: C. Alejandro Sánchez, Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.

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