Sepultan a tres de las 9 víctimas de la familia LeBarón

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Con soldados vigilando, Dawna Ray Langford, de 43 años, y sus hijos Trevor, de 11, y Rogan, de 2, fueron enterrados este jueves en el primer funeral para las víctimas de la emboscada del lunes pasado que dejó tres mujeres y seis niños muertos.

Ataviados con trajes o vestidos modestos, alrededor de 500 familiares se reunieron en La Mora, comunidad sonorense de unos 300 habitantes que se dicen “mormones” pero no están afiliados a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

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Los miembros de la comunidad, muchos con doble nacionalidad, hicieron los ataúdes, y cavaron una tumba grande para los tres cadáveres en el pequeño cementerio del poblado. Algunos lloraban y otros entonaban cantos.

Agricultores y adolescentes cargaron los ataúdes que fueron colocados sobre unas mesas bajas para que los deudos pudieran ver los cuerpos y darle el último adiós a Dawna y sus hijos Trevor y Rogan.

[caption id="attachment_1047081" align="alignnone" width="1024"] Unos hombres cavan una tumba para tres de las víctimas que fueron asesinadas por sicarios. Foto: AP[/caption]

Los tres fueron sepultados juntos, igual que como murieron el lunes, cuando sicarios del narcotráfico ametrallaron su camioneta mientras transitaban por un camino de terracería con rumbo a la Colonia LeBarón, en el estado vecino de Chihuahua.

Familia LeBarón, sin ánimo de venganza

En esta comunidad altamente religiosa, no hubo deseos de venganza, sólo una profunda sed de justicia.

“Los ojos del mundo están sobre lo que ocurrió aquí y hay santos en todo el mundo cuyos corazones han sido tocados”, dijo Jay Ray, padre de Dawna.

“El plan de Dios es que sus santos salgan de entre los malvados, se separen de ellos, se unan para establecer juntos las leyes de respeto y unidad”, comentó y agregó: “Dios se encargará de los malvados”.

? #VIDEO | Despiden a tres de las nueve víctimas de la familia #LeBarón en la comunidad de La Mora.

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— Notimex (@Notimex) 7 de noviembre de 2019

La hermana menor de Dawna, Amber, de 34 años, la elogió y dijo que era una madre devota de sus 13 hijos y ama de casa que le encantaba reír y hornear los mejores pasteles de cumpleaños.

“No hay nada en la vida que una taza de café no pueda mejorar”, recordó Amber que a Dawna le gustaba decir.

La comunidad de La Mora, ubicada a unos 110 kilómetros al sur de la frontera con Arizona, tiene casas de estilo estadounidense que se alternan con graneros y huertos.

Los soldados del Ejército pasaban regularmente sobre el único camino pavimentado, proporcionando una seguridad que hizo falta el día del ataque.

Las otras víctimas serán sepultadas más tarde en la Colonia LeBarón. Pero las dos comunidades, cuyos residentes están relacionados, se unieron en una muestra de luto.

[caption id="attachment_1047082" align="alignnone" width="1024"] Militares mexicanos recorren La Mora. Foto: AP[/caption]

Llegan desde EU para despedir a víctimas

Decenas de camionetas, muchas de ellas con matrículas de Estados Unidos de lugares tan lejanos como Dakota del Norte, llegaron a La Mora por el mismo camino de terracería sobre el que ocurrió la emboscada el lunes.

Presuntamente, hombres armados del Cártel de Juárez habrían perpetrado el ataque como parte de una guerra territorial con el Cártel de Sinaloa, y las familias estadounidenses quedaron en medio de la refriega.

Steven Langford, alcalde de La Mora de 2015 a 2018 y cuya hermana Christina Langford fue una de las mujeres que murió, dijo que prevé que los asesinatos generen un éxodo de la comunidad.

“Ahora este lugar se va a convertir en un pueblo fantasma... muchas personas se van a ir”, consideró.

Las autoridades mexicanas dijeron que los agresores podrían haber confundido las camionetas de las mujeres con las que utiliza el cártel rival.

"En el último de los casos, las personas que agredieron a los ocupantes dejaron ir a los menores... podemos establecer alguna premisa: que no fue una agresión directa contra las familias", dijo Homero Mendoza, jefe del Estado Mayor de la Sedena.

Pero Julian LeBarón, cuyo hermano Benjamín, un activista contra el crimen, fue asesinado por hombres armados de un cártel en 2009, refutó esa versión.

“Tenían que saber que eran mujeres y niños”, externó y agregó que los ocho niños que sobrevivieron relataron que una de las madres salió de su camioneta con las manos el alto y aun así fue baleada a muerte.

kl

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