En la tarde programada para la entrevista, la ministra Yasmín Esquivel Mossa anda nuevamente a prisa. Así que tras la charla se encamina hacia una reunión con una interlocutora que ya la espera. Baja entonces por la escalinata sur-oriente del edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que siempre obliga a detenerse un instante. Porque ahí se encuentra el mural La búsqueda de la Justicia, de Ismael Ramos, en el que personajes cotidianos y no caudillos son el elemento esencial.
Esquivel queda entonces enfrente de cuatro rostros femeninos, centrales en la obra, que parecen dar sentido a lo que unos instantes antes conversó con La Razón: los retos de las juzgadoras —el Día del Juzgador Mexicano se celebra este 7 de marzo—, la paridad en el Poder Judicial, la manifestación del próximo domingo y la expresión del lunes, a la cual, confirma, se sumará para “levantar la conciencia y despertar a una sociedad que tiene que proteger y respetar a sus mujeres”.
¿Cómo percibe al aparato de justicia en México a la luz de todas las expresiones y reclamos actuales en materia de igualdad y contra la violencia de género y de las manifestaciones y expresiones que se alistan para los próximos días 8 y 9 de marzo? La violencia de género no es un tema donde la responsabilidad sea exclusivamente de las instituciones del Estado mexicano. Es un tema multifactorial, estructural. Depende mucho del núcleo familiar, del tema educativo, del tema cultural y, evidentemente, de la respuesta de las instituciones de Gobierno a las quejas o denuncias que haya por parte de las mujeres.
Debemos estar muy claros que no se trata de un movimiento en contra de una institución, sino de un movimiento con el que se necesita hacer cimbrar a la sociedad para advertir la gravedad de lo que está sucediendo.
Los casos emblemáticos que se han dado en los últimos días dan cuenta de que hay un problema delicado, grave, que nace justamente en la estructura familiar, en condiciones negativas que se pueden dar en estos espacios.
Por otra parte, ha habido una muestra fuerte, importante, en cuanto a las manifestaciones que se darán el domingo 8 y el movimiento del 9 de marzo #UnDíaSinMujeres; pero esto es justamente para levantar la conciencia y despertar a una sociedad que tiene que proteger y respetar a sus mujeres. En ese sentido lo vemos.
Yo me voy a sumar al movimiento #UnDíaSinMujeres porque sí debemos hacer reflexionar para que se respete a la mujer en todos los aspectos: en el social, en el familiar, en el profesional. Que se le respete no tan sólo en su integridad física, sino también en contra de la violencia emocional y psicológica que se pueda llevar a cabo en agravio de la mujer.
[caption id="attachment_1116456" align="alignnone" width="696"] La ministra, en entrevista con La Razón, en la sede de la SCJN. Foto: Daniel Aguilar, La Razón[/caption]
¿Cree usted que la manifestación está teniendo una adecuada receptividad entre los hombres? Yo estoy percibiendo a hombres respetuosos del movimiento, que se sensibilizan muchos de ellos, que se suman, se solidarizan, y eso nos parece adecuado. Me parece muy importante que se respete en todos los espacios a la mujer. Así es como percibo en este momento a los hombres que están a mi alrededor.
Hay muchos sectores que cuestionan la legitimidad de este movimiento. En la Presidencia, por ejemplo, se han hecho expresiones que no están siendo bien recibidas por los sectores que están llamando a la marchas y al paro. Yo creo que debemos ser respetuosos de las expresiones que haya alrededor del movimiento, tanto de aquéllas que están a favor como de aquéllas que están en contra. Tenemos libertad de expresión y el mismo valor tienen quienes se expresan a favor como quienes no estuvieran de acuerdo.
Sin embargo, hay algo muy importante que no debemos perder de vista: que incluso aquellas personas que no están de acuerdo con el movimiento, sí están de acuerdo en la defensa de los derechos de las mujeres. Instituciones que no pudieran estar de acuerdo, empresariales, políticas, sí están de acuerdo en la defensa del derecho de la mujer y el respeto a la mujer.
Probablemente no están a favor de un movimiento donde se propone suspender actividades, pero sí están de acuerdo con el fondo, que es respetar los derechos, respetar a la mujer. Siempre he considerado que no existe una sociedad civilizada si no hay un respeto al género femenino. No podemos hablar de una sociedad democrática si no se respeta a las mujeres.
"No estaremos satisfechas sino hasta que ya no quede impune uno solo de los crímenes que se dan en agravio de las mujeres”
Hay una pregunta que se empieza a plantear a propósito de las movilizaciones y acciones: Después del 8 y del 9 de marzo, ¿qué seguirá? Creo que después de esto todos los que integramos la sociedad mexicana, hombres y mujeres, tenemos que ir hacia la misma ruta: la defensa de los derechos de las mujeres en cada uno de los ámbitos que nos corresponda.
A los periodistas, como ustedes, en el suyo; a los políticos en el suyo, a los legisladores, a los jueces, a los magistrados, a los empresarios, a la sociedad civil, en las escuelas. Necesitamos una cultura de respeto a la mujer desde muy temprana edad, desde que son muy pequeñitos los niños y van al colegio, tener esa cultura de respeto hacia los demás.
¿Percibe un momento propicio para un acuerdo en ese sentido? Los mexicanos somos solidarios por naturaleza. Y considero que existen las condiciones para llegar a un acuerdo con el que podamos avanzar en esa ruta porque, como lo comentaba hace un momento, podemos estar en contra de una expresión o una manifestación, pero no estamos en contra de la esencia misma: el respeto que buscamos las mujeres en todos los aspectos de nuestra vida.
IGUALDAD. El 12 de marzo de 2019, Esquivel Mossa fue designada por el Senado y se convirtió en la segunda ministra mujer en integrar el Pleno en ese momento. Más tarde, el 5 de diciembre, Margarita Ríos-Farjat se integró como la tercera mujer. Los otros ocho ministros son hombres.
El tema de la igualdad en el Poder Judicial es aún un pendiente, ¿cuántas mujeres juzgadoras hay? En la actualidad el Poder Judicial Federal cuenta con sólo 152 magistradas, 18.5 por ciento del total, a las que se suman 13 magistradas que obtuvieron la mejor puntuación en el primer concurso exclusivo para mujeres que se celebró el año anterior.
Tenemos además 155 juezas de Distrito, que son 25.5 por ciento de la plantilla total, incluidas 23 juezas ya adscritas, de las 25 vencedoras también del concurso de oposición exclusivo para mujeres, realizado en 2019.
Una presencia similar se advierte en los tribunales de las entidades federativas, en las que sólo 38 por ciento son juzgadoras mujeres.
En la SCJN no se ha alcanzado un porcentaje mayor al 28 por ciento de representación femenina. Sin embargo, en la presente integración por vez primera figuran tres mujeres ministras: Norma Lucía Piña Hernández, Margarita Ríos Farjat y su servidora.
"No existe una sociedad civilizada si no hay respeto al género femenino. No podemos hablar de una sociedad democrática si no se respeta a las mujeres”
¿A qué obedece esta escasa presencia de mujeres? Los artículos 1 y 4 de la Constitución consagran los principios de igualdad y de no discriminación, así como la igualdad ante la ley del hombre y la mujer, y eso supondría que las mujeres tienen acceso a todos los cargos públicos en condiciones de igualdad, pero lo cierto es que esta igualdad formal aún no se traduce en una igualdad real.
Aún estamos influenciados por prejuicios y estereotipos que le dictan a las mujeres el rol que deben desempeñar en la sociedad, y las convenciones sociales y morales que deben respetar. Una carga cultural heredada que no ha sido fácil revertir.
Sí podemos advertir factores que han influido en esta pobre presencia de mujeres. Uno, probablemente el de más peso, es el hecho de que el Poder Judicial Federal ejerce su competencia en toda la República, lo que implica que una mujer que sea designada Jueza de Distrito o Magistrada de Circuito, podrá ser adscrita en cualquier lugar conforme lo requieran las necesidades del servicio, lo que implica cambiar el lugar de residencia de aquél en el que su familia tiene asiento, sus hijos asisten a la escuela, su esposo tiene su trabajo; o bien, se hace cargo de atender a algún familiar adulto mayor o enfermo. Esto, como mujer, significa un obstáculo.
[caption id="attachment_1116457" align="alignnone" width="696"] La expresidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo conversa con el director editorial, Adrian Castillo. Foto: Daniel Aguilar, La Razón[/caption]
¿Cree que, por sus características, la Corte y el Poder Judicial, pueden cambiar esta realidad? Se están impulsado políticas internas, como la reciente implementación de concursos internos de oposición dirigidos exclusivamente a mujeres, una medida inédita para paliar la situación de desigualdad.
En las convocatorias ya se previó que la adscripción se realizaría preferentemente atendiendo el lugar de residencia de las participantes o del lugar manifestado en el formato de inscripción y la mayor calificación obtenida en el concurso.
Con estas medidas el porcentaje de magistradas de Circuito se elevó a 18.5 por ciento y el de juezas de Distrito a un 25.5 por ciento, todavía muy lejos de la paridad.
También está la iniciativa de reformas al Poder Judicial de la Federación. En el artículo 100 constitucional se plantea adicionar a los principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia, que rigen la carrera judicial, el de paridad de género.
En la parte de los estereotipos a los que se refería, ¿ésos cómo se pueden ir contrarrestando? Bueno, estamos avanzando hacia allá. En la Corte hay una iniciativa del presidente Arturo Zaldívar que es la implementación de una unidad de quejas contra el acoso sexual dentro del Poder Judicial y considero que se está cambiando ya la cultura en cuanto al respeto que debe haber hacia nosotras.
"Me voy a sumar al movimiento #UnDíaSinMujeres porque debemos hacer reflexionar para que se respete a la mujer en todos los aspectos: en el social, en el familiar, en el profesional”
Este 7 de marzo se celebra el Día del Juzgador Mexicano, ¿qué retos enfrentan las mujeres juzgadoras? Compartimos los retos que nos son comunes a todos los impartidores de justicia: combatir y erradicar la impunidad, la corrupción, el nepotismo, impartir justicia sin sesgos, una justicia que llegue a la gente, sobre todo de los sectores más vulnerables de la población, teniendo como eje la defensa de los derechos humanos, los principios y valores en que se sustenta nuestro Estado de derecho y, de manera primordial, tener como eje una conducta ética.
Sin embargo, estamos particularmente comprometidas con la lucha por la igualdad y la defensa de los derechos de las mujeres. No quiero decir con esto que no sea también un compromiso compartido de toda la judicatura, lo es, pero ciertamente como mujeres nos es dado, porque lo hemos vivido, percatarnos con mayor sensibilidad de prejuicios, estereotipos, situaciones de discriminación y violencia, inmersos en diversas conductas, a veces en la norma misma, de apariencia neutral, sobre las que debemos juzgar.
Aclaro que esto no implica apartarnos del principio de legalidad, por el contrario, en estricto apego a la Constitución y a la ley, es hacer presentes los principios de igualdad y no discriminación.
El reto está en imprimir nuestra visión, nuestra convicción, en argumentaciones sólidas, plenamente sustentadas en Derecho, capaces de persuadir y convencer a nuestros pares varones. Hacer permear la perspectiva de género al momento de juzgar, para así contribuir a eliminar desigualdad y discriminación.
No debemos dejar de lado que las sentencias que dictamos tienen un impacto social, y la fuerza para modificar ciertas estructuras, desincorporar modelos culturales que atentan contra la dignidad de las mujeres. Desde nuestras sentencias contribuimos a la edificación de una sociedad más igualitaria, ése es nuestro reto más importante.
Las pocas mujeres que hoy desempeñan la función jurisdiccional son ejemplo; deben asumirse como líderes para continuar abriendo y ensanchando la brecha a las generaciones que vienen atrás. Si en un principio la lucha fue por una cuota o acción afirmativa que nos impulsara, hoy el impulso mismo debe ser nuestro propio actuar.
FEMINICIDIOS. En el momento actual, en que las voces de mujeres reclaman mayores acciones en contra de la violencia de género, tuvo lugar una controversia por la tipificación del delito de feminicidio, en la cual Esquivel Mossa se pronunció en contra de regresiones.
En el tema del feminicidio se cuestiona por una parte la tipificación y por otra la capacitación de los Ministerios Públicos para atender su investigación con perspectiva de género, ¿hay déficit en este tema en cuanto al componente de juzgar? El tema de juzgar con perspectiva de género no tan sólo compete al Poder Judicial Federal, también a la visión que pueda tener el Ministerio Público o la Policía, porque es el primer respondiente en esta cadena que se da en la investigación de los delitos de feminicidio. Entonces, sí es preciso capacitar en perspectiva de género tanto a la policía, al Ministerio Público y a los jueces y magistrados. En ese tema el Poder Judicial tiene un programa importante y ambicioso de capacitación que está implementándose en todos los operadores jurídicos.
¿Cuándo tendría resultados? Ya se han estado dando los primeros resultados. Se han emitido diferentes jurisprudencias en el tema de juzgar con perspectiva de género en donde la SCJN ha obligado ya a analizar en ese aspecto todo lo que se está haciendo en juzgados y tribunales y se han emitido criterios obligatorios.
¿Cree usted que el ritmo de implementación de estas medidas es el adecuado o debería acelerarse? Todas las políticas públicas, todas las medidas que se implementan son evidentemente perfectibles, nada es absoluto. No estaremos satisfechas sino hasta que ya no quede impune uno solo de los crímenes que se dan en agravio de las mujeres. Uno solo. Ahora mucho menos lo podríamos estar porque la cifra es muy elevada.
Yasmín Esquivel Mossa
Formación: licenciada en derecho por la UNAM; especialidades en Derecho Administrativo, Fiscal y en el Sistema Financiero Mexicano por la Universidad Panamericana; doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
Trayectoria: magistrada y presidenta de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del DF; secretaria de Estudio y Cuenta de la Presidencia del Tribunal Superior Agrario, secretaria Técnica de la Comisión de Hacienda de la I Legislatura de la Asamblea de Representantes.
https://www.youtube.com/watch?v=WdknXa34UYY
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