“Un reto, asistir parto de paciente Covid”

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“Noche de cesárea de paciente con Covid... Solo siento dos cosas: calor... y miedo”. Es así como Viridiana García, médico residente de anestesiología del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca, Estado de México, describió en redes sociales la experiencia de asistir el parto de una mujer contagiada con el virus.

Fue el pasado 6 de mayo, durante su guardia, que la anestesióloga se enteró del caso que le tocaba atender. Tras recibir la noticia tragó saliva, su respiración se aceleró, sus piernas temblaron y su cuerpo comenzó a sudar como resultado del exceso de adrenalina.

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“El sólo pensar que puedes contagiarte de una enfermedad que está matando todos los días es muy difícil, el imaginar que también queda en riesgo tu familia, tus amigos, sí da miedo”, dijo en entrevista con La Razón.

Aunque Viridiana, de 27 años de edad ha traído al mundo a decenas de bebés, jamás imaginó recibir al pequeño de una mujer que se debate entre la vida y la muerte.

Pese a todo, la profesional, quien tenía la opción de decir no, porque así lo estableció la Secretaría de Salud, puso por delante su compromiso con la salud: Mientras se colocaba el traje especial de protección su cuerpo dejó de temblar.

“El sólo pensar que puedes contagiarte de una enfermedad que está matando todos los días es muy difícil, el imaginar que también queda en riesgo tu familia, tus amigos, sí da miedo”

Viridiana García

Médica anestesióloga

Encima de su ropa se puso una bata, guantes, un cubrebocas KN95, arriba de él otro cubrebocas de triple hoja, para entonces el calor aumentaba y las gotas de sudor comenzaban a caer. Siguieron los googles que inmediatamente se empañaron, lo que dificultaba la visibilidad, y finalmente, una careta.

Así, caminó por un largo pasillo blanco, entre cuartos para seis pacientes, que hoy ocupan solo dos para mantenerlos aislados, hasta llegar al quirófano.

“Ingresamos a una sala especial que se prepara previamente. Todas las máquinas son recubiertas con plástico y nosotros ingresamos vestidos con los trajes especiales, mientras que la paciente llega en una camilla de traslado especial que está completamente aislada por plástico”, explicó.

La paciente, de 24 años de edad y 34 semanas de embarazo, fue intervenida mediante cesárea “porque por los problemas pulmonares no se les puede poner a pujar, entonces se procedió a un bloqueo neuroaxial que te duerme del abdomen hacia abajo”.

Fueron 40 minutos de alta tensión, pero al final nació un varón “con buen estado de salud, sí más pequeño de lo normal, porque no era un embarazo a término, pero el bebé estaba bien, lloró y respiró cuando nació”.

Sin embargo, para la madre este trance no ha acabado, ya que ocho días después de la intervención no ha podido ver a su hijo, debido a que ella misma se encuentra en estado “crítico, pero estable”.

“Es una sensación de impotencia el ver a la paciente así, ver que no pudo recibir a su bebé con la emoción que recibiría cualquier mamá; es triste ver en su mirada la incertidumbre de no saber qué va a pasar con ella y su bebé. En el caso del recién nacido afortunadamente está sano, pero en una sala neonatal aislada también en observación”, expuso la profesional de la salud.

Durante abril, la Secretaría de Salud realizó 520 pruebas a mujeres embarazadas, de las que 26 dieron positivo. Cuatro de ellas, perdieron la vida.

Para Viridiana, ese hecho representó uno de los retos más importantes de su carrera, porque “me ayudó a confirmar mi vocación de ayudar al prójimo por encima de mi propio bienestar”.

El dato: Con 33 casos la Ciudad y el Estado de México encabezan la lista de personal de salud afectado, con 551 y 342 casos positivos en el primero y 33 y 9 defunciones, respectivamente.

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