Terremoto de tercera mayor magnitud en 35 años

En plena pandemia, sismo de 7.5° hace olvidar hasta los cubrebocas

Capitalinos forman grupos y se abrazan mientras esperan de pie o hincados el movimiento; dos lesionados, 31 edificios con daños leves y 40 familias evacuadas de multifamiliar, el saldo

Habitantes de la colonia Santa María la Ribera se agrupan en una banqueta tras el sonido de la alerta sísmica, ayer por la mañana.
Habitantes de la colonia Santa María la Ribera se agrupan en una banqueta tras el sonido de la alerta sísmica, ayer por la mañana. Foto: Cuartoscuro

El encierro en el que los habitantes de la Ciudad de México permanecen desde hace más de 90 días fue roto momentáneamente la mañana de ayer, cuando en punto de las 10:29 horas poco más de 12 mil altavoces (97.5 por ciento del total) se activaron con el inconfundible sonido de la alerta sísmica, que no se hacía presente desde el macrosimulacro de enero pasado.

En pleno martes a media mañana, esta vez no se vio a los oficinistas abandonar los grandes complejos de oficinas, los cuales se encuentran inutilizados; en cambio, los capitalinos atravesaron a toda velocidad las escaleras de sus domicilios para esperar los 62 segundos que hubo entre la activación de los altavoces y la llegada de las ondas sísmicas a la Ciudad de México.

En las calles comenzaron a formarse los grupos; algunos de pie, otros de rodillas, hincados, abrazados, con los brazos al cielo, la mayoría con la vista hacia arriba para ver el movimiento de los edificios, que finalmente llegó en forma de péndulo moviendo de un lado a otro lámparas y cortinas de ventanas, cuyos cristales, en algunos casos, fueron vencidos por el movimiento de magnitud 7.5 grados en la escala de Richter, el tercero de mayor magnitud en 35 años, desde el más trágico, de 8.5 reportado el 19 de septiembre de 1985.

La alcaldía GAM señaló que el 15 de mayo de 2019, se informó a los representantes del edificio que el inmueble presenta daños que comprometían su estabilidad.
La alcaldía GAM señaló que el 15 de mayo de 2019, se informó a los representantes del edificio que el inmueble presenta daños que comprometían su estabilidad. ı Foto: Especial.

Gloria Alcántara, ama de casa de 35 años, que vive en la colonia Providencia, en la alcaldía Gustavo A. Madero, recuerda que al principio reaccionó con calma cuando sonó la alerta: “me puse ropa porque a esa hora seguía durmiendo, bajé rápido, pero no pasó nada; ya hasta iba de regreso cuando todo comenzó a moverse. Lo primero que pensé fue en mi hija que está viviendo en casa de su papá, imaginé lo peor”.

Como ella, miles salieron a las calles sin cubrebocas olvidándose de la sana distancia para juntarse con familiares y amigos y buscarse, abrazarse, romper en llanto por el efecto de una crisis nerviosa, provocada por la memoria que recuerda la caída de edificios, casas, escuelas apenas en septiembre de 2017 o 1985.

Me puse ropa porque a esa hora, seguía durmiendo, bajé rápido, pero no pasó nada, hasta que iba de regreso cuando todo comenzó a moverse
Gloria Alcántara, Habitante de la CDMX

Esos sismos provocan las anécdotas desde el “yo estaba en…”, “recuerdo que ese día iba yo para…”, con palabras que repiten una vez más el recuerdo y comparan: “Éste fue más largo que el de 2017”, dice uno y otro menciona que hace casi tres años hubo más de 370 muertos; “pero el otro fue más duro”, replica un tercero; “en 85, fueron miles”, recuerdan, mientras dos mujeres se abrazan en una calle del sur de la capital, donde los terremotos, como la canción de Joaquín Sabina, “pasan de largo”.

Los de mayor temple se ocuparon en grabar con sus teléfonos celulares su testimonio para compartirlo en redes. Se repite la escena de señoras con sus hijos a ambos lados mientras el video registra a vecinos en calzoncillos, pants, bermudas, acompañadas por otra prenda con la rapidez que decide ponerse una persona luego de escuchar que ya se va el camión de la basura, así, con lo que sea.

Otros, como Brenda Mejía pidieron apoyo a familiares y amigos para llamar a su domicilio y preguntar por sus hijos, porque luego del sismo quedó incomunicada y sin energía eléctrica en el banco donde labora desde hace más de 10 años. Luego de varios intentos, confirmó que estaban acompañados por su abuela.

cristales reventados por el sismo en edificio ubicado en Quintana Roo esquina con Medellín y Baja California, en la Roma
cristales reventados por el sismo en edificio ubicado en Quintana Roo esquina con Medellín y Baja California, en la Roma ı Foto: Eduardo Cabrera

Grupos de personas que se hincaron mientras se sacudía la tierra, se apoyaron en la oración, como en la calle de Herreros, en la colonia Morelos, donde Sandra Rodríguez, secándose las lágrimas comentó que “siempre hay que pedir a nuestro Señor, a quien tú creas, que la fuerza de la naturaleza no acabe contigo, con los tuyos, o tu patrimonio, así lo hice en 85, en el 2017 y aquí sigo, y también mi casa, con algunas cuarteduras, pero aquí seguimos”.

En los multifamiliares de Ciudad Jardín, en la zona de Taxqueña, los vecinos sufrieron de nueva cuenta como en 2017: “ahora sí nos dio tiempo, porque sonó la alerta mucho antes que empezara el temblor, la gente nomás corría, muchos salieron hasta con pijama, ni quien se acordara de ponerse cubrebocas, pero ya eran las 10 y media y en pijama, gracias a Dios nomás fue el susto”, cuenta el dueño de una tintorería, en medio de comercios cerrados por la pandemia.

En algunos hospitales, como El Obregón, que se encuentra en la colonia Roma, desalojaron con el apoyo de personal médico y de seguridad a pacientes no Covid. En el Centro Médico La Raza hubo un cerrado aplauso para médicos y enfermeras, que en gran número se mantuvieron firmes en el interior junto a pacientes afectados por el virus.

Cozumel
Cozumel ı Foto: Eduardo Cabrera

El sismo dejó secuelas menos graves que sus antecesores: de acuerdo con el reporte de las autoridades capitalinas, 32 edificios resultaron con daños leves (17 de ellos en la alcaldía Cuauhtémoc) principalmente en las fachadas; sólo en uno, en la Gustavo A. Madero, 40 familias fueron desalojadas por posible daño estructural. Cerca de 10 personas tuvieron crisis nerviosas y dos resultaron lesionadas: un hombre que se le cayó un cable de alta tensión y un menor de edad con traumatismo.

Por ello, minutos antes de las 11:00, los capitalinos regresaron a la seguridad de su hogar a buscar el cubrebocas y frotarse las manos con gel antibacterial para evitar ser parte de los 43 mil 596 contagios y cinco mil 656 decesos reportados este martes, y continuar encerrados, al menos hasta que el semáforo así lo indique.

  • El dato: El SSN estimó que 22 millones de mexicanos percibieron el movimiento telúrico, el primero de gran magnitud en lo que va del año y uno de los más grandes del mundo durante la pandemia.

Con información de Jorge Chaparro y Antonio López