Al afirmar que Andrés Manuel López Obrador y Jair Bolsonaro representan "bolas de demolición" para los países que dirigen, dos altos exfuncionarios de cada gobierno criticaron--en un artículo publicado en el Financial Times--la estrategia contra la pandemia en México y Brasil.
Guillermo Ortiz Martínez--exgobernador del Banco de México y exsecretario de Hacienda, en el sexenio de Ernesto Zedillo--y Arminio Fraga, expresidente del Banco Central de Brasil, compararon el actuar de ambos presidentes, en el que notan similitudes y afinidades entre Bolsonaro y López Obrador frente a la crisis generada por el coronavirus.
"Como era de esperar, su falta de una estrategia clara, combinada con mensajes confusos han provocado un aumento de las infecciones. Brasil tiene el segundo mayor número de muertes del mundo, México es el tercero más alto, incluso cuando admiten que no se reporta la totalidad de casos y decesos", señalan en el artículo titulado Brazil’s and Mexico’s presidents are both ‘wrecking balls’.
En el texto, los economistas analizan cómo ambos mandatarios han desafiado la medidas sanitarias contra la propagación del virus, como el uso del cubrebocas, luego de que tras meses de epidemia López Obrador lo usara en público por primera vez en su viaje a Estados Unidos, o de que Bolsonaro fuera obligado por una corte a usar la mascarilla.
Como expertos en economía, Ortiz Martínez y Fraga advierten que América Latina padecerá el colapso económico más grande en cien años, lo que recrudecerá el bajo crecimiento, caída de productividad, desigualdad, corrupción y la delincuencia, entro otros problemas sociales asociados al desgaste económico.
“Había muchas esperanzas de que fueran agentes de cambio positivos en las dos economías más grandes de América Latina. En cambio, con la intención de dañar el entorno institucional de sus países para hacer avanzar las agendas políticas retrógradas, parecen bolas de demolición”, aseveran los expresidentes de los Bancos Centrales de México y Brasil.
En el artículo del medio estadounidense, se analizan los programas de transferencia directa, como los implementados en México, en los que critican que estos no ayudan al progreso social, sino que acentúan la desigualdad.
A pesar de las similitudes, ambos especialistas destacan que el único aspecto en el que se han diferenciado es en su enfoque económico: mientras Bolsonaro gasta, el Presidente de México recorta gastos en todas la áreas de gobierno, motivado por la "austeridad republicana".
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