El pasado 4 de septiembre, un grupo de mujeres tomó las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en protesta por los casos de violencia de género a nivel nacional, así como el abandono institucional a víctimas de feminicidio y abuso sexual.
Este domingo se cumplió un mes desde que el edificio ubicado en República de Cuba 60 se convirtió en un refugio de familias y un espacio de recreación para mujeres.
El inmueble fue renombrado como “Okupa” por jóvenes integrantes del Bloque Negro, que se caracterizan por su vestimenta negra y capuchas. Al frente de la toma también está Erika Martínez, cuya hija fue abusada sexualmente en 2017, cuando tenía 7 años.
¿Qué desató la toma de las instalaciones?
La noche del 2 de septiembre, tras una reunión con autoridades del organismo autónomo, una mujer se amarró a una silla dentro del inmueble para exigir justicia por la violación de su hija. Lo anterior luego de que la titular de la CNDH, Rosario Piedra, le dijo que la carpeta de su caso estaba mal integrada y tenía que volver a su entidad para solucionarlo.
Su nombre es Marcela Alemán, madre de Lía, quien fue abusada a los 4 años en un kínder de San Luis Potosí.
La mujer permaneció hasta la noche del jueves en el edificio, de donde tuvo que retirarse por problemas de salud. En el lugar sólo quedó Silvia Castillo, madre de Alan Ibarra que fue asesinado en 2019.
4 de septiembre, día de la toma
Al día siguiente, el viernes 4 de septiembre, colectivos feministas lanzaron una convocatoria para unirse a la causa de las víctimas dentro de las instalaciones.
Alrededor de las 13:00 horas llegaron al lugar decenas de mujeres, entre ellas integrantes del Bloque Negro, la madre y activista Erika Martínez y Yesenia Zamudio, una de las representantes del Frente Nacional Ni Una Menos. Anunciaron que, de manera pacífica, las instalaciones del organismo quedaban bajo su control.
Desde ese día, el edificio fue renombrado originalmente como Casa de Refugio Ni Una Menos México. La fachada se llenó de mantas con los rostros de mujeres abusadas, desaparecidas o asesinadas y así se mantiene un mes después.
Además de servir como refugio, el lugar se convirtió en un centro de acopio para víctimas: medicinas, alimentos y ropa. Incluso repartían despensas a madres y personas de la tercera edad que lo necesitaban por la pandemia.
Otro de los momentos polémicos fue cuando las mujeres intervinieron los cuadros de personajes como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, pero sobre todo llamó la atención la pintura de Francisco I. Madero, a quien le pusieron labial y delineador.
Rompen colectivas dentro de la toma, unas se van
Tan sólo dos semanas después de la toma, trascendió que las colectivas dentro de las instalaciones tuvieron un rompimiento que derivó en la salida del Frente Nacional Ni Una Menos dos días después.
Las jóvenes del Bloque Negro se deslindaron de cualquier declaración o acción de su vocera, Yesenia Zamudio. Además, le pidieron aclarar los ingresos de donaciones a sus cuentas.
Tras su salida, el Frente mantuvo reuniones semanales con la Secretaría de Gobernación para el seguimiento de casos de víctimas de femicidio y desaparición forzada a nivel nacional.
¿Qué piden las mujeres?
Las mujeres calificaron este acto como una victoria de la lucha feminista, por lo que la entrega del inmueble no está a negociación con las autoridades, según señalaron en un pliego petitorio con fecha del 17 de septiembre.
- Capacitación a policías y medios de comunicación con perspectiva de género
- Garantizar la seguridad y derechos humanos de las activistas
- Alto a la militarización del territorio nacional
- Destitución de cualquier funcionario involucrado en violencia de género
- Resolución del caso de abuso sexual a la hija de Erika Martínez
