El Pleno del Senado de la República rindió este miércoles un homenaje a Mario Molina, Premio Nobel de Química, quien falleció la semana pasada a causa de un infarto; además, se propuso entregar al científico, de manera póstuma, la Medalla Belisario Domínguez 2020.
El coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Miguel Ángel Mancera presentó la propuesta a la Mesa Directiva de la Cámara alta, como reconocimiento a su obra y vida. El documento fue turnado a la Comisión de la Medalla Belisario Domínguez que encabeza Sasil de León.
En tanto, Eduardo Ramírez, presidente de la Mesa Directiva, reconoció que en vida “no se le dio el reconocimiento a la altura que merecía” al doctor José Mario Molina y Henríquez.
Al centro del salón de plenos fue colocado un cuadro con la fotografía del químico, así como un arreglo floral, donde los coordinadores parlamentarios presentes y otros senadores montaron una guardia de honor.
Previamente en su discurso, Ramírez Aguilar sostuvo que Mario Molina junto con Alfonso García Robles y Octavio Paz forman la triada de nuestros premios Nobel en México.
Agregó que Molina fue un científico reconocido por todo el mundo, investigador y académico con la fe puesta en el despertar de la conciencia humana. Por ocho años fue uno de los 21 científicos que formaron parte del Consejo de Asesores de Ciencia y Tecnología del presidente Barak Obama, previamente había sido del presidente Bill Clinton.
“En México, a pesar de sus esfuerzos por llamar la atención en trascendentes temas, no se le dio el reconocimiento a la altura que merecía, recibió innumerables galardones, 40 doctorados honoris causa y fue el primer mexicano en recibir la Medalla Presidencial de la Libertad en Estados Unidos.
“Sus investigaciones llevaron a la conclusión de que es el hombre quien provoca el adelgazamiento de la capa de ozono, que nos lleva al calentamiento global. Gracias a sus investigaciones, ahora se evita el uso de gases CFC11 en cientos de productos como aerosoles, solventes o aires acondicionados”, destacó.
Expuso que Mario Molina enfrentaba el cambio climático con una visión optimista, desde una perspectiva donde la ciencia es la forma más efectiva de prevenir y evitar catástrofes derivadas del calentamiento global. “Sin duda, existen escépticos que aun con datos científicos se niegan a reconocer ese cambio”.
El senador de Morena dijo que al Premio Nobel no le importaba lo que pasaba con el clima, sino que se ocupaba por las razones económicas, pero sobre todo sociales y éticas.
“Estaba convencido que los problemas ambientales se pueden resolver, que solo es cuestión de política y en ponerse de acuerdo. Por ello -abundó- enfocó sus últimos esfuerzos en convencer a los políticos que deciden sobre esa problemática del cambio climático”.
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