Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos anunciaron que exigirán a los pasajeros de vuelos provenientes de Inglaterra se apliquen una prueba de COVID-19 al llegar a cualquier aeropuerto del país.
Esta medida se suma a las restricciones impuestas por otros países debido a la nueva variante del coronavirus que se está propagando por el Reino Unido.
Los pasajeros tendrán que presentar una prueba negativa de COVID-19 realizada en los tres días previos a su viaje y proporcionar los resultados a su aerolínea
Los protocolos indican que las aerolíneas deben negar el embarque a cualquier pasajero que no se haya aplicado una prueba.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha señalado que la nueva variante del virus parece expandirse con más facilidad que las anteriores e indicó que se estaba expandiendo con rapidez por Inglaterra. Tras el anuncio, distintos países han prohibido los vuelos desde Gran Bretaña.
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