Cae el atardecer, más no llega el descanso. Paramédicos aguzan sus sentidos para responder al llamado de auxilio de enfermos por Covid-19. Con su carga preciosa recorren la Ciudad de México una, dos, las veces que sean necesarias en busca de un hospital que pueda recibir a los pacientes. Algunas veces tienen éxito, otras no, pero no tienen permitido claudicar. En un país que ya supera un millón 771 mil contagios, bajar la guardia sería catastrófico.