La iglesia católica reconoció una drástica caída de cinco por ciento de sus feligreses en los últimos 10 años, porque ha fallado en su servicio a los demás y por algunos personajes que han causado escándalo por sus malas acciones y la contradicción de sus vidas.
“La iglesia ha tenido un desgaste moral ante la sociedad, por el mal ejemplo de algunos”, señaló en el editorial del semanario Desde la Fe, tras subrayar que es tiempo de conversión hacia el interior, de renovación en su experiencia de fe, y de volver a lo fundamental a ser esperanza en Cristo.
Destacó las recientes estadísticas del INEGI sobre el censo 2020 que indican que los católicos, entre la población mexicana, están disminuyendo al pasar de 82.7 a 77.7 por ciento en los últimos 10 años.
Otro motivo por el que disminuyó el catolicismo entre los mexicanos, explicó la Arquidiócesis Primada de México, es que prevalece una práctica religiosa sincera pero insuficiente, apoyada más en las tradiciones que en la experiencia personal de fe.
Agregó que hay muchas expresiones religiosas auténticas, pero con evidentes carencias con relación a una convicción que vaya más allá de la mera costumbre y tenga elementos formativos profundos. La visión de la iglesia va en ese sentido, pero no ha habido resultados tangibles.
Explicó que entre la sociedad mexicana crece la indiferencia religiosa o el abierto rechazo a toda idea de trascendencia y religiosidad, junto al bienestar económico y el progreso de la ciencia y tecnología.
Detalló que el grupo de los cristianos evangélicos avanzó de 7.5 a 11.2 por ciento, que en personas significó pasar de 10 millones a poco más de 14 millones, y el segundo grupo de los no creyentes y los creyentes sin religión que suman 13 millones.
Por otra parte, añadió la iglesia, están los grupos evangélicos y pentecostales de Norteamérica, que pasaron de ser inexistentes en 1970 a 14 millones al día de hoy.
Hay dos elementos que debemos destacar y reconocer, son grupos de un proselitismo perseverante, salen, buscan, insisten llevando la Biblia en la mano, que les da mucha seguridad, independientemente de la forma en que se interpreta o se comprende, no siempre de manera correctaexpuso.
“Las estadísticas seguirán cambiando por muchos motivos año con año. Lo más importante, y lo que verdaderamente nos debe preocupar, es que, como católicos, como Iglesia, como personas, cambiemos hacia el bien y la verdad en nuestra propia vida, iluminada por la fe y la esperanza en Cristo”, finalizó.
