El año pasado, Morelos registró la tasa más alta de robo de vehículo con violencia del último lustro. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2020, junio fue el mes de mayor incidencia, con un histórico de 88.7 robos violentos por cada 100 mil habitantes.
Esta cifra superó los repuntes más elevados de los que se tenía registro desde 2015. En mayo de 2018, la tasa fue de 72.1 y en marzo de 2015, de 72.5.
Aunque después del pico de junio pasado la incidencia comenzó a disminuir de manera importante —hasta llegar a un mínimo también histórico de 50.4 en septiembre— la constancia con que ocurren los robos con violencia volvió a repuntar, para cerrar el año con otra tasa alta: 77.5 en diciembre.
Al tratarse de una entidad cuya economía depende en buena medida del turismo, la constante inseguridad afecta esta economía, está fuera de control, y lo peor es que no se ve una estrategia institucional para controlar los actos de la de la delincuenciaJavier Santiago Castillo<br>Experto en seguridad (UAM)
En la gráfica de la incidencia también es notorio cómo en 2019, ya con Cuauh-témoc Blanco en el poder, la tasa de robo de autos con violencia comienza a mostrar nuevos máximos, ya con un récord en enero de más de 64 puntos, cuando la tendencia se mantenía entre 39 y 54.
En Morelos, el robo en todas sus modalidades cerró 2020 con 41.3 delitos al día en promedio, cuando arrojó un registro de 15 mil 100 despojos bajo investigación durante todo el año pasado, de acuerdo con el SESNSP.
El tipo más recurrente de robo es el de vehículo. En esta categoría, la entidad gobernada por el exfutbolista se ubica en el cuarto lugar a nivel nacional, con 128.23 por cada 100 mil habitantes (ya sumados los robos con y sin violencia); es decir 38 puntos por encima de la media nacional, que fue de 89.86.
A lo largo del año se denunciaron ante las autoridades 3 mil 731 robos de vehículos, de acuerdo con el SESNSP, siendo los autos de cuatro ruedas los más robados: 2 mil 621 durante 2020, la mayoría de éstos, de manera violenta: mil 387.
De acuerdo con los datos oficiales, más de un tercio —36 por ciento— de los robos de auto en Morelos se dieron en Cuernavaca (mil 377), seguido del municipio de Jiutepec (673), que forma parte de esa zona metropolitana.
El mes con más carpetas de investigación abiertas por robo de vehículo fue junio, apenas 30 días después de que se relajara la Jornada Nacional de Sana Distancia por la pandemia del Covid-19, que obligó a cientos de ciudadanos a permanecer en sus hogares. En ese mes se abrieron 270 carpetas de investigación por robo de automóvil, en 151 de las cuales se reportó que hubo violencia al momento de sustraer el vehículo.
En junio de 2020 también se observó un pico en los robos de motocicletas, 122 de los mil 110 reportados durante los 12 meses; además, durante este año también hubo mil 295 carpetas de investigación abiertas por robo de autopartes.
Ya este año, en las últimas dos semanas, medios locales reportaron el hallazgo de al menos cuatro automóviles con reporte de robo, en los municipios de Cuautla, Jiutepec y Cuernavaca.
Los casos más recientes fueron denunciados por vecinos de la capital estatal; uno el 25 de enero, un vehículo Nissan tipo Tsuru, con placas del estado de Guerrero, y otro del mismo tipo, el pasado primero de febrero.
El especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Javier Santiago Castillo advirtió que la inseguridad en Morelos “está fuera de control”, no sólo por la comisión de delitos comunes, como asaltos o robos en domicilios y vehículos, sino también por la fuerte presencia del crimen organizado que permea en la entidad.
En entrevista para La Razón, el especialista explicó que la inseguridad tiene un impacto importante en Morelos, donde además afecta a la principal actividad económica: el turismo, al tratarse de uno de los estados más visitados del país.
“Es muy delicado el nivel de delincuencia, al ser un territorio de tránsito hacia el centro y el norte del país, hay cargamentos de droga que pasan por el estado y, eso, sumado al tema del crimen organizado y los delitos comunes, es sumamente grave para la población”, dijo.
Lo lamentable, agregó, es que no hay un plan claro por parte de las autoridades. “Al tratarse de una entidad cuya economía depende en buena medida del turismo, la inseguridad la afecta y lo peor es que no se ve una estrategia institucional para controlar los actos de la de la delincuencia”.