Carlos pasó de sufrir hasta 600 convulsiones diarias a cero, luego de que su madre, Margarita Garfias, conoció y le suministró medicamentos a base de cannabis.
“Carlos tuvo un paro cardiaco cuando nació, tardaron 14 minutos en recuperarlo. Quedó en estado vegetativo en los primeros meses de vida y después cuadrapléjico; no habla, le cuesta escuchar y también ver, sufre epilepsia y hasta sus 12 años lo habíamos intentado todo, pero en 2016 nos recomendaron un medicamento hecho con cannabinoides y desde entonces lo usamos”, explicó a La Razón.
Como este, existen miles de casos en México. Se estima que 11.7 millones de personas pueden beneficiarse de este tipo de medicamentos por los padecimientos que tienen, detalló la doctora María Fernanda Arboleda, especialista en dolor crónico y cuidados paliativos por la UNAM y experta en cannabis medicinal.
“La cannabis no reemplaza ningún tratamiento, es coadyuvante o complementario, pero sumamente eficiente, sobre todo para reducir el dolor. En México se estima que 11.7 millones de personas podrían beneficiarse de los medicamentos cannábicos, ya que 50% padece de dolor crónico.
“Hoy, desgraciadamente los pacientes siguen adquiriendo productos en mercados ilegales, y ninguno cuenta con respaldo o certificado sanitario, son productos sin supervisión médica, por lo que resulta urgente que en México sea aprobado su uso medicinal”, expresó.
La también jefa de investigación de la clínica Santé Cannabis de Canadá, añadió que “la parte lúdica y la parte medicinal deben ir por caminos diferentes, sin restar importancia, el tema médico debería de ser prioritario”.
La señora Garfias pasó de conseguir el medicamento de manera ilegal en EU, a hacerlo ella misma, con el apoyo de la doctora Arboleda. A pesar de que en 2018 interpuso un amparo que escaló hasta la Suprema Corte, y cuya resolución favorable obligó a la Secretaría de Salud a proporcionarle el fármado, sigue sin tener un medicamento legal.