Habían pasado apenas siete minutos de iniciada la conferencia mañanera de ayer cuando un hombre con corte militar, de tez morena, estatura 1.68 metros aproximadamente y portando cubrebocas camuflado, salió detrás de la mampara principal y se acercó al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El equipo de la Ayundatía presidencial tardó en reaccionar, el joven ya estaba arriba del templete, a un costado de la pantalla gigante donde en ese momento el procurador Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield, presentaba sus diapositivas del “quién es quién en los precios de los combustibles”.
El “colado” puso su mano derecha sobre la zona costillar del mandatario, quien a su vez le tomó del codo izquierdo, estuvieron a una distancia no menor a medio metro.
En un leve movimiento, López Obrador lo tomó de ambos brazos, uno de los elementos de Palacio Nacional llegó tardíamente para colocarse detrás del visitante inesperado, mientras éste le hablaba al oído al mandatario, fueron alrededor de minuto y medio de diálogo.
Sheffield se sorprendió de la visita al Presidente que por unos segundos se distrajo y de reojo volteó a ver la acción que en ese instante sucedía en el salón Tesorería, luego regresó hacia el micrófono para seguir dando su informe sobre las acciones de Profeco y esbozó una leve sonrisa.
Para ese momento ya se había integrado la directora de la Oficina de Atención Ciudadana de la Presidencia, Leticia Ramírez, quien lo convenció de acompañarla.
El sujeto, que vestía sudadera negra, pantalón de mezclilla azul y botas de casquillo, accedió a retirarse con la funcionaria. Ambos salieron del lado izquierdo del salón para ser trasladado a su oficina de Atención Ciudadana.
Después de media hora regresó Leticia Ramírez a la sala de conferencias. Uno de los reporteros preguntó al Presidente sobre estos hechos y su seguridad.
A petición presidencial, Ramírez reveló las intenciones que llevaron al joven —identificado para ese entonces como José Luis, originario de Durango—, acercarse hasta el mandatario federal. Fue para pedirle ayuda ante la difícil situación económica que atraviesa y una hija a la que no lo dejan ver.
“Se llama José Luis y tiene una gran desesperación porque me dice lo que estaba informando el señor Presidente, que le plantaron droga y lo metieron a la cárcel dos años.
“Estuvo ahí y no obtuvo el apoyo de ningún abogado y él al salir no encuentra ninguna posibilidad de empleo, vive con su madre y está con mucha desesperación para poder continuar con las cosas que tiene que hacer”, detalló la funcionaria.
El Presidente minimizó el incidente porque “no hay nada que temer”, incluso recordó que siempre le ha gustado el contacto con la gente, pero en estos tiempos de pandemia no ha sido posible.
Pese a ello, en la Presidencia ya se investiga cómo José Luis logró acceder a Palacio Nacional, cuyas entradas son custodiadas por la Policía Militar y elementos de seguridad de la Secretaría de Hacienda.
FGR