La doble victimización

8M 2021: Para las mujeres indígenas, “un suelo muy disparejo”

Activista zapoteca afirma que las desventajas trastocan todos los ámbitos de su vida; destaca, no obstante, avances en pueblos originarios

Foto ilustrativa de vendedoras en el mercado de Juchitán, Oaxaca

A Karina Regalado, indígena zapoteca de la comunidad de Juchitán, Oaxaca, le parece que ser mujer y ser indígena es enfrentarse a “suelo disparejo y desventajas” que trastocan los derechos en todos los ámbitos, desde la salud, la reproducción y también en el político.

Karina, quien aspira a la candidatura por una diputación en el Congreso de su estado, contó que en la comunidad de la que es originaria, las mujeres se enfrentan a una violencia muy fuerte, no sólo por parte de los hombres, sino de las propias instituciones y de la sociedad.

Los hombres ejercen violencia contra las mujeres, pero además las instituciones también violentan cuando una mujer indígena acude a una institución de salud al momento de parir, a una institución de justicia para exigir por sus tierras y ahí a donde van ellas nadie habla su lengua
Karina Regalado

A pesar de las desventajas documentadas, la agenda de género ha mostrado mejoras a nivel de pueblos indígenas que en el resto de los sectores poblacionales, aseguró Regalado en entrevista para La Razón.

“Sería irresponsable decir que las violencias se viven en todas las comunidades indígenas del país”, pues existen algunas que incluso “van más avanzadas que el propio sistema político mexicano y que en temas de violencia sancionan fuertemente”, dijo.

(Los pueblos indígenas) van más avanzadas que el propio sistema político mexicano y que en temas de violencia sancionan fuertemente
Karina Regalado

Karina consideró que si bien hace mucha falta que se eduque a los pueblos originarios para evitar las violencias contra la mujer, la situación no es exclusiva de estas comunidades. “Es un problema estructural que se vive en sistemas normativos indígenas y también en el sistema político mexicano, como en muchas otras estructuras”.

De acuerdo con Inegi, 59.8 por ciento de las 3 millones 347 mil hablantes de alguna lengua indígena padecieron abusos en 2020: maltrato físico, emocional, patrimonial o laboral.

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