Soy Ana Lucrecia Elías López, investigadora mexicana en el área de ciencias de la salud. Durante 20 años he sido testigo de la violencia machista hacia las mujeres en la ciencia, ya hay cambios, pero son insuficientes, se destaca este DÍA DE LA MUJER.
Nosotras enfrentamos, como muchas mujeres en el país, al sistema patriarcal. El sistema científico mexicano es absolutamente patriarcal y desigual.
Yo he sido testigo de investigadores varones que acosan laboralmente a compañeras que tienen doctorados, que vienen del extranjero, pero por el hecho de ser mujeres tienen actitudes machistas y violencias hacia ellas.
Me relaciono mucho con médicos, este sistema es muy discriminatorio, no sólo con las mujeres, también con la comunidad LGBT.
Nunca he sido directamente acosada, pero cuando estaba estudiando mi doctorado en un Instituto de Salud Pública uno de mis consultores de tesis me dijo "oye, está muy difícil lo que estás haciendo ¿no?" "¿Por qué mejor no te casas?", me dijo. Un comentario machista.
En el programa de Cátedras Conacyt los casos de acoso sexual son muchísimos.
Cuando hemos intentado denunciar los casos de acoso nos enfrentamos a una violencia estructural por parte de las instituciones.
A algunas las cambian de institución, de lugar de trabajo, nosotras terminamos yéndonos, no el acosador, no el hombre violento. Los propios institutos los protegen.
Nosotras ya tenemos otra mentalidad y tenemos más voz con los cambios que se han dado en años recientes, pero yo entré a la investigación hace 20 años. En esa época lo que hacían era callarse y aguantarse todo.
A mí me parecía terrible ¿Por qué no se quejan? ¿Por qué no decían que eso no estaba bien? Algunas de mis maestras lo siguen haciendo, por miedo a ser despedidas o bloqueadas en otros lugares.
Las científicas mexicanas aún no vemos una salida. A las investigadoras que estudian en el extranjero las contratan muchísimo menos que a los hombres y nos despiden más.
Por lo menos yo no he visto una actitud de sororidad, por ejemplo, de la directora de Conacyt. Se tiene que cambiar desde las instituciones.