Lucía estaba embarazada cuando fue despedida injustificadamente como investigadora del programa Cátedras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) durante la pandemia de Covid-19.
La académica de temas socioeconómicos ingresó su baja por maternidad en junio de 2020 y al siguiente mes la despidieron bajo la justificación de que no aprobó su evaluación trianual.
Lucía, quien pidió cambiar su nombre porque está en un juicio laboral contra el organismo, señaló a La Razón que ni siquiera firmó su renuncia porque todo se le informó vía telefónica.
Entre 2019 y 2020, el Conacyt reportó 68 juicios laborales en curso, 67 son por despido injustificado y uno por nulidad de convenio, de acuerdo con su Informe de Autoevaluación enero-junio 2020.
En su caso, dijo que el argumento para despedirla fue que tuvo una calificación negativa en su evaluación trianual pero sus reportes anuales habían sido positivos y no tuvo derecho a una revisión como lo establece la convocatoria del programa.
La académica también forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), pero desde que la despidieron dejó de recibir el apoyo económico que se les entrega mensualmente.
Cátedras Conacyt es un programa que se creó en 2013 con el objetivo de incentivar el desarrollo tecnológico y científico de jóvenes que inician en estas áreas. Los académicos que entran quedan adscritos como servidores del organismo.
En 2019 había cerca de mil 500 investigadores en esta modalidad, pero al corte del 30 de junio de 2020 la cifra se redujo a mil 305 académicos, de acuerdo con información de la Dirección Adjunta de Desarrollo Científico en poder de La Razón.
Sin embargo, en la página web del organismo señala que hay mil 076 investigadores en 664 proyectos, de los cuales 42 por ciento son mujeres, aunque no especificó la fecha de actualización.
Al inicio del sexenio, la titular de Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces acusó que había “colgados de la nómina” en el programa de Cátedras, pero tras varias protestas en redes sociales declaró que iban a abrir 99 plazas, además de trabajar para mejorar su implementación.
Carolina “N” fue despedida bajo el mismo argumento de la evaluación trienal, sólo que en su caso fue por no subir el informe a la plataforma por una falla técnica del sistema. Pese a que lo reportó con el área correspondiente y a su superior, no lo tomaron en cuenta.
Ella formó parte de los inicios del programa en 2014, hace cinco años, por lo que lamentó que se tomó esta medida contra los miembros de Cátedras.
“La cancelación progresiva del programa refleja la falta de apoyo de esta administración a un desarrollo equilibrado en términos de educación e investigación”, dijo.
Otro caso es el de Ana Elías López, quien decidió no demandar, pero forma parte del grupo de mujeres inconformes con los despidos.
Ana fue obligada a firmar su renuncia en junio de 2019, incluso fue amenazada por una de las abogadas del organismo quien le dijo que no le iba a pagar la quincena que estaba corriendo si no lo hacía.
“Estaba en una etapa muy difícil de mi vida, mi esposo acababa de ser diagnosticado con cáncer (...) con toda la problemática familiar firmé”, contó.
Elías López aseguró que se ha acercado a la directora del Conacyt para intentar resolver el problema por la vía académica, pero dijo que no ha encontrado respuesta.
Por su parte, Laura “N” es otra de las mujeres que está en juicio laboral, por lo que pidió cambiar su nombre.
Advirtió que con los despidos y reducción de plazas se ha retirado a investigadores de zonas más alejadas del país donde es más difícil desarrollar proyectos, ya que la mayoría se localiza en las grandes ciudades. “Hemos solicitado un diálogo y no ha habido ninguna respuesta. Tuvimos un acercamiento antes de la pandemia, pero ya llevamos más de un año así”, señaló.