Por falta de trabajo, inseguridad y razones económicas, Victoria Salazar Arriaza, mujer de origen salvadoreño, huyó hace cinco años de su país para pedir refugio en México, donde encontró la muerte a manos de policías municipales en Tulum, Quintana Roo.
Originaria de la provincia de Sonsonate, la mujer trabajaba en labores de intendencia hasta el día de su homicidio, el pasado 27 de marzo. Su madre, Rosibel Arriaza, contó que fue en 2015 cuando Victoria salió de su país al no tener una oportunidad de desarrollo laboral.
El sueño de la mujer era llegar a Estados Unidos para buscar una mejor oportunidad de vida; sin embargo, al no contar con recursos para seguir su trayecto, decidió quedarse en México y trabajar para sostener a su familia y proporcionarle estudios a sus hijas.
Rosibel detalló que su hija solicitó en 2017 la condición de asilo en nuestro país, misma que se resolvió de manera favorable en 2018 por parte de la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar).
Victoria tenía dos hijas, de 15 y 16 años de edad, con las que vivía en Tulum, y, de acuerdo con medios en ese país, la manutención de las menores correrá a cargo del Gobierno a su regreso al país, pues el hermano de la víctima ya estaría viendo la posibilidad de regresar a las menores a El Salvador junto a su abuela, para que puedan hacerse responsables de su cuidado.
En videos previos al asesinato, se puede ver a Victoria entrar y comportarse de manera extraña en una tienda de conveniencia, hablando en repetidas ocasiones con los dos dependientes del lugar. Horas después fue detenida en las calles y violentada por los uniformados, hasta provocarle la muerte.