En los 10 primeros días de mayo se registraron al menos 21 agresiones contra políticos que participan en la contienda electoral, es decir, un promedio de 2.3 diarios, con un saldo de tres muertos más.
Este recuento realizado por La Razón revela un incremento respecto al promedio de 2.01 agresiones diarias contra los candidatos a puestos de elección popular, políticos y líderes partidistas desde que inició el proceso electoral, el 7 de septiembre de 2020, al cierre del 30 de abril. Y es que en esos 236 días, la consultora Etellekt contabilizó un total de 476 ataques.
La consultora contabilizaba hasta marzo 205 casos de violencia política en agravio de los distintos aspirantes a un cargo de representación popular, y al cierre del 30 de abril la cifra se ubicó en 476. Es decir que, de acuerdo con las estadísticas de la consultora, hubo un incremento de 132 por ciento en ese lapso.
Las estadísticas destacan que marzo fue el mes más violento para los políticos, al reportarse el fallecimiento de 18 de ellos (representantes electos, miembros de partidos y candidatos a cargos de representación popular); le siguen febrero, con 15 homicidios, y noviembre de 2020 y abril de 2021, con 13 cada uno.
Son actos preocupantes donde se demuestra que la Federación, el Estado, ha sido rebasado por los grupos criminales que amenazan o manipulan a los candidatosFernando Dworak, Politólogo de la Universidad Iberoamericana
Carlos Rubio, encargado de la elaboración del Informe “Violencia Política en México”, de Integralia, señaló a La Razón que nos encontramos a tres asesinatos para alcanzar la cifra de 85 casos que se presentaron en los comicios federales de 2018, ya que hasta hora se reportan 82.
Entre marzo y abril destacaron los homicidios de Analuci Martínez Saldívar, exregidora de Cuquío, en Zapopan, Jalisco, cuando conducía; así como de Carlos Alfredo Sevilla Cuevas, alcalde con licencia de Casimiro Castillo, Jalisco, secuestrado y asesinado.
El 2 de abril Gonzalo Elías Zopiyactle Colohua, exalcalde y esposo de la candidata a la alcaldía de Mixtla de Altamirano, fue victimado en Veracruz; mientras que Francisco Gerardo Rocha, aspirante a diputado local fue ejecutado en su domicilio en Tamaulipas.
Los casos más recientes son los ocurridos el fin de semana en Michoacán donde el abanderado del PRI a la presidencia municipal de Morelia, Guillermo Valencia, sufrió un atentado, del cual salió ileso, pero dos de sus colaboradores fueron heridos.
En San Luis Potosí, la candidata del PVEM a la alcaldía de Villa de Reyes, Yolanda Alviso, denunció un ataque armado directo al exterior de su domicilio, la madrugada del 8 de mayo pasado, cuando varios sujetos le dispararon a ella y a su familia.
Otro aspirante a la alcaldía de Tianguistenco, Estado de México, Victorino Sánchez, de Morena, fue agredido cuando circulaba en su vehículo en la entrada de la cabecera municipal.
En Oaxaca sufrió un ataque en su domicilio José Méndez Correa, candidato a la alcaldía de Zimatlán; mientras que desconocidos balearon la casa de Aimé Rodríguez, quien busca también la presidencia municipal de esa misma localidad.
Ivonne Gallegos, precandidata a presidenta municipal de Ocotlán, Oaxaca fue asesinada por un grupo de sicarios, al igual que Leonardo Díaz, exedil de Ejutla y padre de la diputada federal del PAN, Natividad Díaz.
Apenas ayer se reportó el secuestro de Vicente Martínez, quien busca reelegirse como alcalde de Palmar de Bravo, Puebla, por Morena y PT, durante un evento de campaña, donde fue amenazado por grupos criminales, y liberado horas más tarde.
A 28 días de celebrarse las elecciones, la violencia política se recrudece y “buena parte de los incidentes los llevan a cabo miembros del crimen organizado que buscan coludir o controlar a gobiernos locales para continuar sus actividades ilícitas”, afirmó Rubén Salazar, director de Ekellekt.
En entrevista con La Razón, aclaró que las agresiones también provienen de adversarios políticos, de caciques, que no quieren dejar el cargo y buscan heredarlo.
Por su parte, Fernando Dworak, politólogo de la Universidad Iberoamericana, consideró que este tipo de agresiones “son actos preocupantes donde se demuestra que la Federación, el Estado, ha sido rebasado por los grupos criminales que amenazan o manipulan a los candidatos”.
Lamentablemente, advirtió, “estamos caminando hacia un narcoestado” donde la delincuencia organizada pretende entrometerse para manejar los gobiernos estatales y municipales.
En el mismo sentido, Víctor Manuel Alarcón, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), refirió que detrás de los actos de agresión e intimidación está presente el crimen organizado.
“Ya tenemos varios procesos electorales donde el narcotráfico o los poderes fácticos ya tienen una forma de extorsionar o tienen estructuras lo suficientemente bien arraigadas y eso genera en algunos casos tener el aval o que los partidos políticos tengan que negociar”, declaró.
Mientras que Carlos Rubio, coordinador del reporte de Integralia, calificó como un fracaso la política de protección anunciada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador a los candidatos.
“No ha dado los resultados que se esperaban (...) poner la seguridad de los candidatos a puestos locales en policías locales, hace que la estrategia pierda su objetivo porque en muchas ocasiones ya han sido corrompidas por los grupos del crimen organizado”, afirmó.
- El dato: De acuerdo con el recuento de Etellekt, de las 443 víctimas reportadas en 476 agresiones, 65 por ciento son hombres y el resto son mujeres; asimismo, 25 son familiares de políticos.
