Alertan afectaciones

Alumnos volverán a aulas con retraso escolar, ansiedad...

Expertos en salud mental señalan que por confinamiento los menores pueden presentar depresión y miedo a socializar; algunos más, conductas disruptivas, advierten.

Algunas escuelas se niegan a  la reapertura de clases por falta de protocolos.
Algunas escuelas se niegan a la reapertura de clases por falta de protocolos. Foto: Cuartoscuro

Especialistas en salud mental y emocional aseguraron que menores de cero a 17 años de edad se vieron afectados mentalmente después de pasar más de un año sin asistir a clases presenciales, y algunos de ellos podrían presentar ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos durante el próximo regreso a clases, que se prevé el próximo 7 de junio.

En entrevista con La Razón, Elsa Gorostieta, psicoterapeuta con enfoque centrado en la persona y académica de la UNAM, explicó que tras el encierro sí hay consecuencias psicológicas para los niños, debido a que es el grupo más vulnerable de la sociedad, además de que la socialización permite a los menores desarrollar mejor el lenguaje, así como habilidades de auto ayuda.

Además explicó que tras un largo tiempo en el hogar y conviviendo con los cuidadores o familiares, los menores podrían experimentar reacciones a nivel emocional por esta separación.

“Los niños regresan a un entorno en donde ya los van a separar de sus padres, quizá presenten ansiedad, angustia, algunos posiblemente retornen a conductas infantiles como orinar la cama, querer dormir con sus papás, o tal vez comiencen a tener conductas disruptivas y desobedezcan, tengan tristeza, miedo a socializar, ansiedad, conductas obsesivas con el lavado de manos, por ejemplo”, detalló.

Por separado, Frayne Esquivel, psicóloga clínica especializada en niños y adolescentes, y académica de la UNAM, apuntó que la condición mental con la que regresen dependerá de cómo vivieron la pandemia, y coincidió en que los niños se han visto afectados en el desarrollo del lenguaje.

Los niños regresan a un entorno en donde ya los van a separar de sus padres, quizá presenten ansiedad, angustia, algunos posiblemente retornen a conductas infantiles como orinar la cama, querer dormir con sus papás
Elsa Gorostieta, Psicoterapeuta con enfoque centrado en la persona

“Atendimos a una niñita que había cumplido tres años y convivía poco con los adultos que la cuidaban, quienes estaban ocupados siempre y le daban el teléfono para distraerse. La niña tiene un vocabulario muy limitado para su edad, de hecho casi no habla. Los papás pensaron que podría tener un dificultad en esta parte, y el único problema es que no convive con otros niños y adultos”, precisó la experta.

Igualmente, Frayne Esquivel consideró que algunos menores pudieron desarrollar adicción al uso de aparatos electrónicos, y destacó que la separación de sus familias y el cambio de entorno podrían generarles a los niños un impacto emocional.

“Lo que han hecho es estar muy pegados con la familia y con el cuidador primario, entonces ahorita que van a regresar a clases va a ser un chillar grande, y como el regreso va a ser voluntario pues muchos padres van a alargar el tiempo para llevar a los niños a la escuela”, explicó.

Por separado, algunas madres de familia sí observaron un efecto en los comportamientos y conductas de sus hijos durante es aislamiento.

Verónica Trinidad comentó a La Razón sobre cómo sus dos hijas, Ana y Karen, quienes cursan la secundaria y primaria respectivamente, han llevado esta nueva modalidad.

“Las clases a distancia nos han afectado porque estamos más estresados, el incremento de tareas hace que los niños estén sentados todo el día, y como es una carga de trabajo muy pesada les queda poquito tiempo para jugar, entonces se estresan, se ponen de malas, se cansan y ya no les da ganas de hacer la actividad”, refirió.

Lo que han hecho es estar muy pegados con la familia y con el cuidador primario, entonces ahorita que van a regresar a clases va a ser un chillar grande, (…) muchos padres van a alargar el tiempo para llevarlos a la escuela
Frayne Esquivel, Psicóloga clínica especializada en niños y adolescentes

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre otras actividades, una hora de actividad física para los niños.

Valeria Polo, madre de Mariana, de 16 años de edad; y José, de 12, detalló que sus hijos también presentaron cambios en la conducta.

“Mariana comenzó a comer más, sobre todo muchos postres y tenía problemas para conciliar el sueño. José no se ha quejado mucho, pero se ha refugiado en los videojuegos y ver videos en plataformas de internet”, mencionó.

En este contexto, el diputado de Morena, Alejandro Viedma Velázquez dio a conocer en mayo de este año un punto de acuerdo en el cual propone a la Secretaría de Educación Pública (SEP), dentro de los planes de estudios vigentes, implementar programas enfocados a la educación emocional en nivel básico, dicho apoyo sería a través de la implementación de cursos, talleres, capacitación y actividades en esta materia.

De acuerdo con la OMS, las habilidades que se desarrollan gracias a la educación emocional pueden agruparse en diez: capacidad de toma de decisiones, habilidad para resolver problemas, pensamiento creativo y crítico, comunicación efectiva, mantener relaciones interpersonales, conocimiento de sí mismo, empatía y el manejo de emociones incluido el estrés.

  • El dato: La Unicef declaró que las escuelas no son sólo un lugar de aprendizaje, sino que representan un espacio seguro y de protección para niñas, niños y adolescentes cuando viven violencia.