El Presidente pide perdón a víctimas de la Conquista

Al conmemorar los 500 años de resistencia indígena y ofrecer perdón por la catástrofe de la Conquista española, el Presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a poner fin a las guerras, la invasión, la opresión, la conquista y la ocupación de los pueblos, que traen consigo atrocidades en agravio de la sociedad.

El mandatario agregó que “hoy (ayer), 13 de agosto, fecha funeral, como diría el maestro Carlos Pellicer, recordamos la caída de la gran Tenochtitlan y ofrecemos perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica y del resto del territorio de la actual República Mexicana”.

Es por eso, añadió, que “considero hasta ofensivo y ocioso en estos tiempos volver a la vieja polémica de que los originarios de Mesoamérica, y en particular los mexicas, eran bárbaros, porque, entre otras cosas, comían carne humana”.

“Ojalá que todos hagamos el compromiso de no repetir los mismos errores y horrores, pongamos fin a esos anacronismos, a esas atrocidades y digamos nunca más una invasión, una ocupación o una conquista, aunque se enfrente en nombre de la fe, la paz, la civilización, o más grotesco aún, en nombre de los derechos humanos”, afirmó.

Desde el Zócalo capitalino, corazón del país, calificó como un “rotundo fracaso” la Conquista española, pues medio siglo después de la llegada de los colonizadores, la población se redujo en más de 90 por ciento por las guerras, destrucción y enfermedades.

“Este desastre, cataclismo, catástrofe, como se le quiera llamar, permite sostener que la Conquista fue un rotundo fracaso. ¿De qué civilización se puede hablar, si se pierde la vida de millones de seres humanos?”, afirmó, mientras a sus espaldas se ubicaba una gran maqueta del Templo Mayor.

Ante representantes indígenas de México, Estados Unidos y Canadá, además de su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez, López Obrador dijo que no se puede aceptar que el poder militar, la fuerza bruta triunfe sobre la justicia.

Insistió en que se debe procurar que “desaparezca de la faz de la tierra la ambición, la esclavitud, la opresión, el racismo, el clasismo y la discriminación y que sólo reine e impere la justicia, la igualdad, la paz y la fraternidad universal”.

Por su parte, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum coincidió con el titular del Ejecutivo Federal en el sentido de acabar con el clasismo y el racismo, pues en la Ciudad de México no tienen futuro.

“Hablar hoy de México-Tenochtitlan y 500 años de resistencia, obliga a una indispensable política de memoria sobre la invasión de 1521. El racismo que aún lastima a nuestra sociedad.

“A pesar de tener 200 años de independencia, los valores del colonialismo, del racismo, han permanecido en nuestra sociedad, pues producen prácticas discriminatorias”, aseveró.

En tanto, Kahsennenhawe Sky-Deer, jefa del Consejo Mohawk en la comunidad Kahnawake, en Canadá, resaltó “el resurgimiento” de la cultura indígena como “un gran momento para sobrellevar los obstáculos de la opresión”.

“Se ha dicho que los pueblos indígenas tienen conocimientos ancestrales que pueden ayudar a la humanidad en estos momentos difíciles de calentamiento global y los problemas que están causando el sobreconsumo y la destrucción de nuestra madre tierra”, refirió.

Jamescita Mae Peshlakai, senadora del estado de Arizona y representante del pueblo navajo, coincidió en que el reconocimiento de la resistencia indígena abona a causas actuales, como la crisis climática, el combate al racismo y la distribución justa de vacunas.

• El dato: El 13 de agosto de 1521, hace 500 años, la ciudad indígena de Tenochtitlan, hoy la CDMX, cayó en poder de los conquistadores españoles.