La tercera ola de la pandemia, falta de agua y limpieza en las escuelas, así como una conexión a Internet, endeble son las preocupaciones de docentes, madre y padres de familia a 12 días del regreso a clases presenciales.
“Estamos convencidos de que será mejor la atención personalizada que la clase a distancia; sin embargo, en este momento, en estas circunstancias probablemente no están en las mejores condiciones por la situación de esta nueva ola de contagios, más allá de las declaraciones del subsecretario de Salud (Hugo López-Gatell)”, expresó un maestro que pidió preservar su identidad.
Explicó que el regreso presencial deberá ser escalonado, ya que no se puede enviar a más de 460 alumnos en un día, como es el caso de matrícula de algunas secundarias.
A esto se suma el problema de la escasez de agua latente en algunas escuelas, en las que una semana puede estar disponible el servicio y a la siguiente no. El docente dijo que el personal podría adquirir una pipa, pero no siempre será posible.
“¿Qué nos dice la autoridad cuando dicen que no hay agua? Lo que nos contesta es: ‘¿ya previeron ustedes eso?, ¿la solicitaron a la delegación?’”, apuntó.
Además, la mayor parte de las familias no ha aceptado el retorno. Una profesora dijo que en el caso de su escuela se realizó una encuesta a los padres y madres, en la que 80 por ciento decidió no enviar a sus hijos el próximo 30 de agosto, mientras que el 20 por ciento restante sí regresará a clases presenciales.
En el caso de las clases a distancia, los maestros no podrían hacer las clases desde el plantel debido a que la banda ancha de Ionternet es insuficiente, añadió.
La maestra dijo que ni siquiera se ha hecho la limpieza desde que los alumnos abandonaron las aulas para tomar clases a distancia. La respuesta del personal fue: “¿para qué limpiamos profe, si regresando tenemos que hacerlo?”.
A menos de dos semanas del retorno, los profesores están organizando cómo garantizar las medidas de higiene y sana distancia, así como los salones que van a utilizar, incluyendo patios y pasillos.
Los maestros también expresaron su preocupación porque ya no será necesario que los familiares lleven la carta compromiso que asegura que el alumno no tiene síntomas de Covid. “Nos genera mucha inquietud”, advirtió uno de los docentes.
Francisco Rivera, padre de una menor de educación básica, señaló que hay mucha confusión respecto a qué medidas se deben seguir, especialmente con el contenido de la carta responsiva de la que, dijo, no encontró mucha información.
“Mi hija no quiere regresar a clases presenciales, está más a gusto estudiando a distancia; pero entiendo que en cada familia las cosas son distintas, en muchos hogares tener a los menores todo el día ha sido muy complicado. Los papás, mamás o tutores han tenido que cambiar o eliminar actividades, incluso hasta dejar el trabajo para cuidar a los niños y niñas”, dijo.
Lillian Reyes señaló que, aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) ya canceló la carta responsiva, ella está de acuerdo en su implementación, porque finalmente serán los padres quienes asuman mandar a sus hijos voluntariamente.
- El dato: El BID prevé que si no se retoman las clases presenciales en el corto plazo, los menores tendrán pérdidas por 3.8 mdd en su vida adulta.