El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo Aburto, responsabilizó al Centro Nacional de Desastres Naturales (Cenapred) de no informar a tiempo de la crecida del río Tula que inundó el hospital del IMSS, que dejó 14 personas fallecidas, las cuales pudieron haberse salvado.
“Sí claro, desde luego tener la información del Centro Nacional de Desastres. Sí, y nosotros entendemos que esta situación puede ocurrir por diferentes razones, porque también con los datos que se tenían en ese momento de Conagua, no se podía prever que iba a haber un incremento de ese nivel.
“Pero ni el personal del hospital ni los directivos del hospital, o alguien de nivel central recibió una alerta en el sentido de que venía un desbordamiento del río o de una situación de esta naturaleza”, aseguró Robledo Aburto en entrevista con Ciro Gómez Leyva en el noticiero Imagen Noticias.
Precisó que si se hubiera tenido la información a tiempo para dar la oportunidad de evacuar a todos los pacientes del hospital, o por lo menos para aplicar el protocolo de ponerlos a resguardo en la planta alta del nosocomio, “quizá sí se hubieran evitado defunciones, sin duda”.
El titular del IMSS comentó que no se tuvo conocimiento de lo que estaba ocurriendo en otras partes del país, en Ecatepec, en la Ciudad de México, por la propia lluvia en Tula, que se iba a incrementar la creciente del río y que se inundaría todo el municipio, el instituto hubiera evacuado a los pacientes.
Rechazó también que hayan fallado los ventiladores mecánicos a los que estaban conectados los pacientes que se encontraban en el área COVID-19.
“No fallaron los respiradores. De las seis personas que estaban dependiendo su respiración de un ventilador, insisto, una sola persona estaba intubada, el resto estaba con ventilación de otra naturaleza, no es que fallaran los ventiladores.
“Los ventiladores están conectados a la energía eléctrica y tampoco es que fallara la planta de luz de emergencia; la planta entró (en operación) pero una vez que tiene agua arriba de 1.70 metros, que está bajo el agua, tampoco puede seguir funcionando y en ese momento se para”, explicó.
A pregunta expresa, Zoé Robledo consideró que difícilmente puede señalar que sí hubo una cadena de negligencias. Añadió que el Seguro Social está colaborando con las investigaciones y creemos que debe llegarse a la verdad”, subrayó.
Al inicio de la entrevista, expuso que de las 14 personas que fallecieron lamentablemente, la mayoría eran personas adultas mayores.
“No había 14 personas intubadas, tan así es que suben a muchos de los pacientes COVID; alrededor de la una de la mañana, se corta el suministro eléctrico, entra la planta de emergencia, está operando mientras va subiendo el nivel del agua y el personal moviliza a la parte de arriba a ellos”, refirió.
JVR