Como en política no hay coincidencias, no parecen serlo, tampoco, que justo cuando cuatro
expresidentes nacionales del PRI se pronuncian en contra de la reforma eléctrica y ponen en predicamento al actual titubeante dirigente de ese partido, la Fiscalía General anuncie, por primera vez en el sexenio, que acusará al expresidente Enrique Peña Nieto; a quien fue su secretario de Hacienda y Relaciones, Luis Videgaray, y al excandidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya, de “¡delincuencia organizada!” y ya no sólo por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho.
Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwell, Dulce María Riancho y Enrique Ochoa Reza, que defendieron la ley eléctrica aprobada el sexenio pasado, calificaron de contrarreforma la del presidente Andrés Manuel López Obrador, por retrógrada, estatista, dañina para el medio ambiente y costosa, advirtiéndole al diputado Alejandro Moreno, que está al frente del tricolor, que votar por la contrarreforma convertiría a ese partido en satélite de Morena y la 4T, encaminándolo a su desaparición.
DE ESTO Y DE AQUELLO...
EL presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, José Medina Mora, salió al paso de descalificaciones y acusaciones del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, para rechazar que los integrantes de ese organismo no paguen o paguen menos por el consumo de energía, que sin fundamento les endilga a los agremiados de esa organización.
SOSTUVO que los empresarios han actuado dentro del marco de la ley, invertido en la generación de energías limpias para que sean más baratas y menos contaminantes, y confiado en el país, por lo que las “imputaciones irresponsables” del titular de la CFE son falsas.
ACASO mera coincidencia, pero a un año del “culiacanazo”, cuando ordenó liberar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, tras de que efectivos del Ejército lo habían capturado para ser extraditado a Estados Unidos, el presidente López Obrador aceptó que en México sigue la corrupción, “pero no en el Ejecutivo, arriba, en lo que a mí corresponde”.
DE esa manera reconoció, en su mañanera de ayer, lo que ocurre en la República por corruptelas que se registran en los tres niveles de gobierno en las entidades federativas, y aun en dependencias federales, que no hacen más que confirmar que el ofrecimiento de campaña que le permitió atraer millones de votos, a mitad de sexenio, está lejos de cumplirse.
TANTO esa enésima masacre de fin de semana ocurrida ahora en Morelia, la capital de Michoacán, que gobierna Alfredo Ramírez Bedolla, como el recrudecimiento de la violencia en Zacatecas, gobernada por David Monreal Ávila, ambos militantes de Morena, revelan qué clase de “bienvenida” les da el crimen organizado.
ESCÁNDALOS por L-12, apenas comienzan.