Una vez contenida la emergencia sanitaria por Covid-19, el trabajo híbrido puede ser una nueva figura de ocupación en México, la cual tendrá sus propias particularidades y no puede tener la misma regulación que el teletrabajo, para potenciar el bienestar del empleado sin afectaciones a la productividad.
Lo anterior se desprende de un estudio del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados (CESOP), el cual destaca que, si bien las reformas de enero de 2021 a la Ley Federal del Trabajo subsanan vacíos en la regulación del teletrabajo para los empleados de la iniciativa privada, para los de la administración pública se generan condiciones de desventaja, en virtud de la falta de regulación.
“Los resultados obtenidos en diversos estudios citados muestran fortalezas y debilidades en la productividad, las características óptimas de trabajadores y empleadores o coordinadores de trabajo, el impacto en el bienestar de los empleados, entre otros aspectos.
“La ambigüedad que existe en algunos de ellos puede deberse a la falta de conceptualización de este formato laboral, y de los diferentes tipos de técnicas metodológicas usadas. Lo cual indica que es necesario seguir analizando en este tenor”, precisa el documento.
Al respecto, el presidente de la comisión del Trabajo y Previsión Social en la Cámara de Diputados, Manuel de Jesús Baldenebro Arredondo, indicó que una gran cantidad de actividades del sector público, encaminadas a las áreas administrativas podrían ser contempladas bajo ese esquema, en virtud de que desde que se declaró la cuarentena en 2020, muchos empleados las desarrollan desde sus casas.
“Esto ocurrió cuando se determinó que no se paralizara el Gobierno, que si bien lo están haciendo en los hechos, no está regulado; entonces eso termina en una violación a los derechos laborales de los trabajadores.
“Debemos incluirlos en ese tema, porque al final trabajan para todos los mexicanos. Quien trabaja en una oficina administrativa federal o estatal, lo hace para todo el pueblo; entonces tenemos que regular el trabajo en casa”, destacó el legislador morenista.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la regulación de esta modalidad no es reciente o colateral a la pandemia, pues en diferentes regiones del planeta se contaba con una norma al respecto; sin embargo, la crisis mundial originó que se ampliara la regulación, con el fin de garantizar los derechos laborales.
Sin embargo, la investigadora del CESOP, Edith Carmona Quiroz, considera que los diferentes estudios sobre el trabajo en casa muestran fortalezas y debilidades en la productividad, en las condiciones óptimas de los trabajadores y empleadores o coordinadores del trabajo, y sobre el impacto en el bienestar de los trabajadores.
“Actualmente, 40 por ciento de los trabajadores a distancia se encuentran laborando en esta modalidad, pero más de 54 por ciento manifiesta que tienen exceso de trabajo, 39 por ciento se siente agotado, lo que deja en claro que se carece de una estrategia definida para regular y equilibrar el binomio productividad y bienestar”, explica.
En ese sentido, advierte que además de regular el trabajo híbrido en el apartado B, es necesario revisar las condiciones en que se desarrolla. Al respecto, Baldenebro consideró que el derecho a la desconexión y a las condiciones adecuadas para el buen desempeño del trabajo desde casa, deben ser considerados en la legislación correspondiente.
“Algo que quedó muy claro en el trabajo hibrido es que yo trabajo de las 8 de la mañana a las 6 de la tarde; entonces mi patrón en hora me debe hablar; claro esto no pasa con los trabajadores de confianza, por ejemplo, que están a disposición y tienen otras características”, comentó.
El legislador dijo que para el personal de base podría significar una alternativa, incluso, con miras al proceso de descentralización que pretende la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que dijo buscarán sacar adelante el tema.