La relación de México y Estados Unidos, contrario a lo que desde muchos frentes se especulaba por la tardanza del Gobierno federal en reconocer el triunfo de Joe Biden, inició con una nueva visión que da al país un lugar prioritario, como iguales.
Luego de ganar las elecciones, Biden incluyó en su agenda de los primeros 100 días una serie de medidas de emergencia en salud, recuperación económica y política exterior, una de ellas fortalecer la relación con México en términos distintos a los de su antecesor, Donald Trump.
La culminación del acercamiento se dio el 18 de noviembre, con la celebración de la novena cumbre de Jefes de Estado de América del Norte, entre los presidentes de México, EU y Canadá, quienes se reencontraron luego de cinco años en un diálogo en el que concretaron acuerdos básicos para Norteamérica, como cadenas de suministro y la reactivación económica tras la crisis de Covid.
La relación bilateral se ha ido estrechando desde la toma de posesión. El 20 de enero, mediante la firma de diversas órdenes ejecutivas, Biden canceló los acuerdos relacionados con el programa Quédate en México; tres días después, sostuvo con el Presidente Andrés Manuel López Obrador la primera llamada en la que hablaron sobre migración y Covid-19.
El 1 de marzo, los mandatarios sostuvieron una charla virtual en la que se incluyó el tema del cambio climático, de cara a la Cumbre de Líderes sobre el Clima, primer acto internacional convocado por el estadounidense, el 22 de abril.
El 14 de abril, el mandatario mexicano llamó al Congreso de EU a que resuelva una de las iniciativas de Biden en materia migratoria, que contempla la regularización de 11 millones de indocumentados.
La primera reunión virtual con Kamala Harris, vicepresidenta de EU, a quien le solicitó un expediente sobre el caso Ayotzinapa, fue en mayo, seguida de un encuentro presencial que se dio el 8 de junio, en visita oficial a México. Derivado de ese encuentro, ambas naciones firmaron un acuerdo de entendimiento de cooperación internacional para el desarrollo.
El 25 de junio, López Obrador anunció el fin de la vacunación anticovid en Baja California, por la donación del EU del biológico de Johnson & Johnson y anunció la posible reapertura de la frontera.
En agosto y septiembre, uno de los temas recurrentes en las conferencias matutinas fue el llamado que López Obrador hizo a Biden para la reapertura fronteriza y para atender las causas de fondo del fenómeno migratorio en Centroamérica, a partir de la aplicación de los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, mientras su administración mantiene una política de contención en la frontera sur.
El 8 de octubre, el Ejecutivo presidió el Diálogo de Seguridad de Alto Nivel entre México y EU para fortalecer la relación entre ambas naciones y priorizar el respeto a las soberanías. El 3 de noviembre, Ken Salazar, embajador de EU en México, se reunió con López Obrador. En sus redes sociales, adelantó que ambas naciones continuarían dialogando sobre la Reforma Eléctrica, lo que marcó una especie de compás de espera para hablar de ese tema.
La cumbre tuvo tres tiempos, uno para cada país en diálogo bilateral, que López Obrador aprovechó para reunirse con Kamala Harris y cerrar lo que eventualmente será el programa Sembrado Oportunidades. A Biden, le agradeció el trato respetuoso y de iguales mostrado.
“Me dijo que no nos iban a ver como patio trasero, cosa que agradecemos, ¿por qué? Porque de esa manera no necesitamos estar reafirmando nuestros principios de independencia y soberanía”, dijo.
El 12 de diciembre se cumplieron 199 años de la relación bilateral, que López Obrador ha buscado acomodar para favorecer sus proyectos; entre ellos, desaparecer la Iniciativa Mérida para convertirla en el Entendimiento Bicentenario, del que se esperan ambiciosos resultados.
- El dato: El 3 de diciembre, el embajador de EU en México, Ken Salazar, reconoció que existen diferencias entre ambos países, pero aseguró que el 95 por ciento son coincidencias.