El 2022 no fue un año mejor para las mujeres. Cada 24 horas, 196 fueron víctimas de lesiones intencionales o agresiones que terminaron por arrebatarles la vida, por lo que este periodo se perfila como uno de los más violentos para ellas en el último lustro.
Debanhi Escobar, Ariadna Fernanda, Lidia Gabriela, Luz Raquel Padilla, Cecilia Monzón, Mónica Citlalli o Brenda, esta última de apenas cuatro años, fueron algunos de los nombres cuyos casos trascendieron este año y que expusieron la aguda violencia, la dilación de las autoridades y la persistente injusticia que siguen dejando vidas y familias incompletas.
De enero a octubre del 2022, tres mil 170 habían sido asesinadas —sólo 791 clasificaron como feminicidio— y 56 mil 671 lesionadas intencionalmente, lo que da un total de 59 mil 841 vidas marcadas por una agresión en 304 días.
Desde el 2018, la segunda cifra de más mujeres privadas de la vida y heridas en el mismo lapso se registró en el 2019: 59 mil 607, de las que tres mil 163 fueron muertes y 56 mil 444, lesiones dolosas.
Pero “de poco sirven las clasificaciones” para dimensionar la crisis de violencia contra ellas, cuando al momento de integrar las carpetas de investigación, las muertes o agresiones de las que son víctimas son vistas con la ausencia de una perspectiva de género y, “por qué no decirlo, también de humanidad e inteligencia”, afirma “Estela”, defensora pública en el Valle de México.
A decir de la jurista, la elevada cantidad de casos por atender y falta de “ganas” por parte de las autoridades al analizar cada hecho de violencia contra la mujer que llega a sus manos, ha terminado por ocultar miles de crímenes bajo “accidentes”, como de los que se dio cuenta este año.
En otra arista de los problemas que se han enfrentado este año, dos mil 721 niñas y mujeres siguen sin regresar a casa bajo el fenómeno de la desaparición, que se ha mantenido en escalada los últimos cinco años.
Por si algún día su familia tiene que buscarla, Marcela ha convertido en rutina tomarse una foto de cuerpo completo cada día antes de salir de casa y enviarla a sus padres y amigas para que sepan qué lleva puesto, porque en un año en el que una mujer desaparece cada tres horas y 196 han sido lesionadas o asesinadas con dolo al día, “no se sabe cuándo pueda ser una a la que le toque”.
Para ser mujer y mantenerse viva en México, hay una larga lista de pasos a seguir “y es muy cansado”, dice.
Elegir ropa que evite miradas y comentarios incómodos en la calle, transporte y trabajo; compartir la ubicación en tiempo real en cuanto se pone un pie fuera de casa; no olvidar avisar cuando se ha llegado a un lugar seguro o cuando el trayecto se vuelve sospechoso; cruzar la calle al notar pisadas extrañas detrás y caminar con la mandíbula apretada; asegurarse de que el teaser esté cargado, y usar zapatos que permitan correr en una situación de peligro, “es casi obligatorio” en estos aciagos tiempos.