El sábado fue sepultada Valeria Landeros Calderón, la joven de 24 años que fue encontrada sin vida tras ser secuestrada el pasado 12 de febrero junto a cuatro amigos más en Zacatecas, el estado que ocupa el segundo lugar nacional con más mujeres víctimas de homicidio doloso y el primero en extorsión por cada cien mil habitantes del sexo femenino.
Zacatecas cerró el 2021 con 136 mujeres asesinadas con dolo —32.3 por ciento más que el año anterior— lo que refiere una tasa de 15.93 homicidios por cada cien mil zacatecanas, según el Informe sobre violencia contra la mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad pública.
Durante la última semana, además de Valeria Calderón y Alexia Ábrego, dos mujeres más fueron asesinadas; una de ellas en Guadalupe, en donde se desempeñaba como policía, y otra en la comunidad de Zóquite, del mismo municipio.
Además del riesgo de perder a vida, las habitantes de Zacatecas viven bajo la angustia de ser víctimas de otros delitos; por ejemplo, la extorsión.
El año pasado 212 mujeres fueron víctimas de este delito, cifra que le valió al estado ubicarse en el quinto lugar nacional y en el primer lugar según su tasa por cada cien mil habitantes del sexo femenino.
Desde 1995 Sonia se mantiene con la venta de comida en el municipio de Río Grande, Zacatecas, pero el pasado viernes una amarga experiencia se sumó a las anécdotas que durante estos años ha acumulado en su negocio.
Al medio día recibió mensajes amenazantes de dos números telefónicos, a través de los cuales los extorsionadores le exigieron entregar dinero a cambio de respetar su vida y la de sus dos hijos.
Sin embargo, esto no logró amedrentarla: “Tengan mucho cuidado en caer en este tipo de intimidaciones. No tengan miedo, hagan caso omiso. Quieren aprovechar la psicosis del miedo que (se) vive en el estado”, escribió al final de su denuncia en redes sociales.
El reciente asesinato de cinco jóvenes –varios de ellos universitarios-- desencadenó que, este sábado, decenas de personas tomaran las calles de la capital zacatecana para gritar y escribir en el mobiliario urbano los nombres de las víctimas, así como consignas para exigir justicia.
¡David, escucha, si no puedes renuncia! ¡Ellos no murieron, a ellos los mataron! fueron fueron algunas de las consignas con las que llegaron hasta la Plaza de Armas, en donde los manifestantes formaron un círculo y escucharon los testimonios de familiares de personas desaparecidas y asesinadas.
Horas más tarde, Valeria Calderón fue despedida por sus padres, amigos y pobladores en su municipio natal de Francisco R. Murguía.
Su ataúd llegó a la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves, donde decenas de vecinos ya la esperaban con globos blancos y fotografías. Al finalizar, la consigna de “¡Justicia, justicia, justicia!” y un minuto de aplausos se hicieron oír en el recinto.
A su salida, una banda y una fila de más personas siguieron los restos de la joven hasta el camposanto, donde le dieron el último adiós.
Pese a la indignación y el hartazgo mostrados por la población ante los crímenes atroces, el gobernador David Monreal negó el pasado sábado que el estado atraviese una etapa negra.
A pregunta expresa durante una entrevista realizada el sábado, Monreal respondió: “no, yo creo, estamos haciendo el análisis; se abandonó mucho tiempo el tema de seguridad, cerraron los ojos, la inacción se hizo presente y ahora que se toman medidas está costando mucho y también el crimen ha escalado, se ha perfeccionado y juega rudo”.
