El municipio de Marcos Castellanos, Michoacán, en cuya cabecera, San José de Gracia, este fin de semana ocurrió un presunto enfrentamiento que dejó un número aún desconocido de víctimas, cuenta con sólo 25 policías municipales para sus 13 mil 983 habitantes, lo que significa que cada elemento debe cuidar a 559 ciudadanos.
Marcos Castellanos cumple con la tasa de elementos de seguridad marcada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que es un mínimo de 1.8 por cada mil habitantes.
En situación igual o aún peor se encuentran otros dos mil 216 municipios del país, de acuerdo con datos del Nuevo Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Esta cantidad representa el 89.9 por ciento del total de los dos mil 470 municipios con que cuenta el país.
Del total de municipios con deficiencias en seguridad, 651 ni siquiera tienen policía; 41 tienen una tasa de 1.39 por cada mil habitantes; en otros 174 la tasa es de 1.14, mientras que en la gran mayoría, en mil 350, la tasa es de 0.69.
Respecto a Michoacán, en el estado hay 13 municipios que no tienen policía local y hay algunos en donde la existencia es simbólica, como en Aguililla, en donde hasta julio del año pasado solo había dos elementos.
El municipio de Marcos Castellanos cuenta en total con 25 policías según el subsecretario de Seguridad del estado, José Ortega Silva, y con sólo 22, según el alcalde, Jorge Luis Anguiano Partida.
Aún si se toma en cuenta el número más alto, significaría que 25 agentes municipales deben brindar seguridad a 13 mil 983 habitantes distribuidos en tres comunidades, según el último censo del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).
El alcalde del lugar dijo el pasado lunes a la agencia Quadratín que la Policía Municipal cuenta en total con cuatro patrullas, pero que solo estaban funcionando tres.
En tanto, el gobernante dijo a La Razón que no se cuenta con un sistema de videovigilancia en las calles, por lo que será imposible rastrear la ruta que siguieron las camionetas en donde supuestamente fueron trasladados los cuerpos de las víctimas de los hechos violentos del pasado domingo.
“Nosotros no tenemos muchos problemas de seguridad, es un municipio muy tranquilo, muy seguro; nosotros como corporación municipal no tenemos propiamente cámaras, nuestro municipio tiene varias salidas por diferentes brechas de Jalisco y Michoacán, no tenemos un indicio hacia dónde hayan partido (los sicarios)”.
El gobernante aseguró que cuando ocurrieron los hechos del domingo, en San José de Gracia había seis policías municipales, aunque el fiscal de justicia del estado, Adrián López Solís, aseguró el pasado lunes que solo había tres.
Como ha sucedido en otras comunidades azotadas por la violencia, los pobladores de San José de Gracia, una buena parte de los cuales vive de la ganadería, se vieron obligados a detener sus actividades a raíz del episodio violento del pasado domingo.
El alcalde afirmó que los planteles escolares de la comunidad cerraron sus puertas y las familias eligieron mantenerse resguardadas en sus hogares, a pesar de la presencia de las fuerzas federales.
“El pueblo está muy en calma, muchas gentes optaron por mantenerse bajo resguardo ante cualquier eventualidad. Nosotros hemos instado a que tratemos de llevar nuestra vida tranquila, es un pueblo trabajador, no podemos parar de procesar la leche que todos los días las vacas dan, pero la actividad se detuvo y las escuelas no dieron clases. La vida tratamos de empezar a retomarla y que este trago amargo pase, porque regularmente aquí es muy tranquilo”, enfatizó.
Rivalidad entre 2 capos, el origen de la violencia
En San José de Gracia, Michoacán, ocurrió presuntamente un enfrentamiento entre dos células delictivas del Cártel Jalisco Nueva Generación, derivado de un problema de rivalidad y venganza entre dos líderes, de acuerdo con el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía.
En la conferencia de prensa, el funcionario indicó que si bien hubo videos circulando en redes sociales, no se dio un “alertamiento” de la autoridad municipal, que debía actuar como primera instancia respondiente.
“El móvil que hemos ubicado es una posible venganza entre grupos vinculados a la delincuencia organizada que dependen de la misma estructura criminal conocida como Cártel Jalisco Nueva Generación. Es decir, una diferencia donde hay intereses también de carácter personal y familiar entre la cabeza de dos células: uno, que podemos ubicar como Alejandro ‘N’, alias El Pelón, y otro ubicado como Abel ‘N’, alias El Toro o El Viejón, ambos oriundos de San José de Gracia”, precisó.
El funcionario presentó fotografías obtenidas de los videos que recopilaron sobre los hechos ocurridos el domingo.
El episodio ocurrió en la calle Reforma, cuando se realizaba el velorio de Elisa “N”, madre de El Pelón.
Conforme a las declaraciones de una testigo, los hechos se registraron alrededor de las 15:20 horas, después de que llegaron personas armadas a bordo de vehículos buscando a El Pelón, y enseguida se suscitó el enfrentamiento, sin percatarse de cuántas víctimas había.
En una imagen se observan disparos con diferente trayectoria sobre una fachada, en donde fueron sometidos los integrantes del grupo de El Pelón.
“Este es el lugar donde estaban colocadas las personas. Si ustedes pueden ver aquí, según lo que se pudo percatar en campo, éstos son los indicios ahí de algunos impactos de arma de fuego. No se puede apreciar que haya habido una sola línea; es decir, esa tesis del supuesto fusilamiento, sino que, al estar los sicarios, al abrir fuego, empezaron a disparar, pero no hubo, digamos, una acción sincronizada”, expuso.