Sin que el bloque opositor y de la 4T cedieran a su postura en torno a la Reforma Eléctrica, las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Energía avalaron en lo general el dictamen de la reforma, que mantiene los puntos principales de la iniciativa enviada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
El dictamen fue avalado con 47 votos a favor y 37 en contra, sin contar los artículos reservados que serán discutidos por las comisiones en esta reunión.
La reunión de Comisiones Unidas se condujo entre llamados a ‘rebelarse’ contra Palacio Nacional o a desobedecer los “intereses privados”, que se extendió por más tres horas.
La reunión arrancó con una hora de retraso, porque los diputados determinaron trasladarse al pleno de San Lázaro por cuestiones espacio, con el fin de que pudieran estar presentes legisladores que no pertenecen a las comisiones unidas.
La Reforma Eléctrica perfila mantener el cambio propuesto por el Ejecutivo para que la Comisión Federal de Electricidad pase de una empresa productiva del Estado a un organismo del Estado.
Respecto a la cancelación de permisos y contratos con la iniciativa privada para un nuevo régimen constitucional en materia eléctrica, el diputado Juan Ramiro Robledo (Morena) dijo que este artículo transitorio se debe adecuar con base en la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
El primero en tomar la voz por la oposición fue el priista Pedro Armentía (PRI), quien señaló que es falso que vayan a bajar los precios de la luz con esta reforma, ya que no pudieron demostrarlo en todos los foros del parlamento abierto.
“Somos una oposición firme, con convicción, sin miedo a ser exhibidos, con valor a que se muestre el sentido de nuestro voto y sin temor a represalias (…) Dicen desde Palacio Nacional ‘rebélense’. Yo les digo al grupo mayoritario, rebélense ustedes”, exclamó en tribuna entre aplausos de sus compañeros.
La panista Joanna Felipe Torres advirtió que la propuesta del Ejecutivo busca engordar la burocracia gubernamental, darle más poder y mayor intervención al Estado y, con ello obtener mayores recursos económicos que van a provenir del cobro de la energía eléctrica, tanto a los hogares, como a las industrias.
En favor de la reforma siguió el turno del vicecoordinador del PT, Gerardo Fernández Noroña, quien acusó que la reforma energética se aprobó con sobornos al entonces grupo en el poder.
“Ustedes están determinando su tumba política, dándole la espalda una vez más al pueblo”, expresó para luego llamar “traidores a la patria” a quienes voten en contra.
De la misma bancada, Reginaldo Sandoval expuso que el modelo actual ha mermado a la CFE, provocando pérdidas anuales por más de 717 mil millones de pesos, los cuales son transferidos por Ley a la iniciativa privada.
Por ello, hizo un llamado a los legisladores en contra para que “se reconcilien con las verdaderas causas de la nación; para que se liberen de las cadenas que los atan a los intereses económicos y extranjeros y reivindiquen su patriotismo y su compromiso con el pueblo de México”.
En su oportunidad, la morenista Andrea Chávez defendió que la reforma eléctrica tiene un corazón profundamente nacionalista porque busca devolver al Estado mexicano la soberanía y la seguridad energética, “pero también profundamente revolucionario porque busca acabar con los caciquismos privados extranjeros que se adueñaron del mercado eléctrico mexicano a costa de las mayorías, del territorio y de las finanzas públicas”.
RFH
