Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, se reunió la mañana de ayer con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien recorrió la réplica de la Capilla Sixtina, instalada en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México.
El Ejecutivo aseguró que las relaciones con la Iglesia católica se traducen en amistad y respeto, y agregó que considera que el Papa Francisco es un dirigente espiritual y humanista excepcional.
Más tarde, el representante de la Santa Sede reconoció que durante la Conquista española, además del abuso y maltrato hacia los indígenas, también prosperó el rechazo hacia sus culturas.
Parolin, quien se encuentra en nuestro país en la conmemoración del XXX aniversario del restablecimiento de relaciones entre el Estado mexicano y el Vaticano, participó en el Encuentro académico “Laicidad abierta y libertad religiosa, una visión contemporánea”, en el que estuvo presente el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard.
“En el inicio de este complicado encuentro de mundos igualmente religiosos y fieles a sus creencias, como desiguales en cosmovisión, recursos y cultura, en algunas ocasiones no sólo prosperó el abuso y maltrato hacia los conquistados, sino también un marcado rechazo hacia las culturas indígenas e incomprensión de sus profundos valores”, indicó.
En el inicio de este complicado encuentro de mundos igualmente religiosos y fieles a sus creencias (…) no sólo prosperó el abuso y maltrato hacia los conquistados, sino también un marcado rechazo hacia las culturas indígenasPietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano
Señaló que la confianza que pusieron los aztecas en los europeos, imaginando que cumplirían sus antiguas profecías, se entremezcló con la oportunidad de otros pueblos indígenas de salir de formas de dominio y subyugación a las que eran sometidos. Esto originó, por parte de algunos indígenas, una resistencia y hasta rechazo a la evangelización, de acuerdo con el testimonio de algunos cronistas, recordó.
El cardenal señaló que, en México, el Estado y la Iglesia están llamados a ser ejemplo en la región para mostrar que es posible superar polarizaciones.
En su intervención, Ebrard destacó que México y el Vaticano coinciden en ideas relacionadas con la dignidad humana, que se mantienen posturas similares en relación con la pobreza mundial y cómo debería actuar la comunidad internacional para terminar con ella lo antes posible.
También, subrayó, hay coincidencias en la preocupación por la paz, en las acciones concretas por reducir el tráfico de armas, en la necesidad de brindar protección a quienes migran y en el cuidado de los derechos humanos y de la mujer.
“Encontramos en ello una gran afinidad con lo que ha venido marcando el santo padre respecto a la dignidad humana y a la inconformidad que nos debe animar para cambiar la realidad para que esto no siga ocurriendo, para eso son los instrumentos de la política internacional”, aseguró Ebrard.
Agregó que, además, nos une el respeto profundo a la libertad, libertad de creencias, política y personal.
“Y veo en el ámbito internacional una acción cada vez mayor de la Santa Sede y de México en favor de la paz en un mundo difícil, incierto, conflictivo, que tenemos por delante. Buen momento para valorar esta cercanía y esta identidad común”, enfatizó el canciller.
Ebrard también agradeció al Vaticano por su labor para garantizar el acceso universal a vacunas y medicamentos, en medio de la pandemia de Covid-19.
lemm.