En una ceremonia en la que se anunció la apertura de los archivos del Ejército mexicano y las instalaciones militares a la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de los Hechos Ocurridos entre 1965 y 1990, familiares de desaparecidos irrumpieron con gritos, en protesta porque militares que participaron en la llamada “Guerra Sucia” recibirán un reconocimiento por sus “servicios a la nación”.
Al anunciar que los expedientes militares sobre los movimientos guerrilleros del siglo pasado estarán disponibles para sobrevivientes, para familiares de las víctimas e investigadores, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó la lealtad y compromiso mostrados por el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, por colaborar en este esfuerzo que calificó de reconciliación nacional.
A la ceremonia fueron invitados familiares de víctimas, como Micaela Cabañas Ayala, hija del líder del Partido del Pueblo, Lucio Cabañas, y Alicia de los Ríos, hija de una mujer que desapareció luego de ser arrestada y trasladada al Campo Militar Número Uno, donde se celebró el acto.
“Desde este lugar, hace 51 años, se implementó el Plan Telaraña para combatir y desarticular las guerrillas encabezados por los profesores Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos”, dijo Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob).
El titular de la Sedena recalcó, hasta en tres ocasiones, que las Fuerzas Armadas actúan con lealtad al Estado mexicano y a su jefe supremo, el Presidente de la República, y con estricto apego a la legalidad vigente.
Había soportado los reclamos de Micaela Cabañas, quien narró las atrocidades cometidas por los militares: “Mi madre fue torturada, fue violada y fue ultrajada, pero me defendía, porque en las noches llegaban los militares y me tomaban de un pie y ponían una pistola en la cabeza, y me decían: ‘Dinos dónde está Lucio.’ Pero, ¿a dónde estaba, si ellos ya los habían matado?‘”.
Cuando el general Sandoval González se dirigió a sus tropas diciendo que “el propio mandatario autorizó inscribir los nombres de militares fallecidos con motivo de los hechos del pasado en el Monumento a los Caídos de las Fuerzas Armadas”, en este momento se escucharon en el fondo los reclamos de familiares de desaparecidos, exigiendo que se los presentaran con vida. “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, gritaron una y otra vez, obligando al titular de la Sedena a recortar su participación.
“Es un acto muy fuerte, pero al mismo tiempo lleno de significados y de dolor, pero también de esperanza”, manifestó el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trata, dijo, de un acto de reconciliación nacional que requiere de la participación de los sobrevivientes de esa época, de los familiares de víctimas. “No se le puede dar vuelta a la hoja, tenemos que conocer toda la verdad y que haya justicia para que no se repitan actos oprobiosos”, señaló.
fgr