Eco, Nico y Max, tres de los 430 adiestrados por la Semar

El otro “ejército” que vela por los mexicanos

La marina cuenta con 430 elementos caninos, como Eco, Nico y Max que participan en rescates; uno de ellos localizó a Caro Quintero

Eco ayudó en el rescate de personas en el sismo de 2017.
Eco ayudó en el rescate de personas en el sismo de 2017. Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

Eco, Nico y Max son tres caninos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) especializados en búsqueda y rescate de personas, y ha sido tan importante su labor, que apoyaron lo mismo en la localización de sobrevivientes del sismo del 2017 que en la ubicación del narcotraficante Rafael Caro Quintero.

La Semar cuenta con 430 elementos caninos que son liderados por 700 manejadores, y sus funciones principales son la detección de narcóticos y de explosivos; búsqueda y rescate de personas bajo escombros, así como rastreo de personas en áreas extensas y también rescate acuático.

Ladrillos, piedras, maleza, y carros abandonados son los lugares en donde los caninos diariamente son entrenados para recrear las situaciones de desastre en donde pueden entrar a apoyar, y el panorama les sirve para que se vayan acostumbrando al trabajo en campo.

Perros de búsqueda y rescate, el “otro Ejército” que ayuda al país
Perros de búsqueda y rescate, el “otro Ejército” que ayuda al país ı Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

El cabo manejador canino Emanuel Hernández explicó que los perros han estado en eventos de talla internacional como Solidarex 2022, que es un ejercicio multinacional de asistencia humanitaria, además de capacitaciones del Comando Norte y en eventos trágicos en México, como el sismo del 2017, en donde Eco y Frida -ya jubilada- ayudaron al rescate de por lo menos 10 personas, así como en las labores de búsqueda de personas en el cerro del Chiquihuite el año pasado.

Durante el sismo del 2019, Eco, de raza pastor belga, ayudó a localizar a 10 personas en la Ciudad de México y una en Juchitán, Oaxaca, ya sin vida, mientras que Max, de raza bloodhound, ayuda en la localización de personas que normalmente se pierden en bosques o áreas muy grandes, y por el momento ha estado en al menos cuatro rescates.

“Sí estuvo en la localización de esta persona -Caro Quintero-, pues nos indican que hay que ubicar a una persona que se encuentra extraviada, y lo que hacemos es tratar de ubicar una prenda para que pueda seguir el rastro, y así se llevó a cabo su detección”, explicó.

Los caninos no tienen un día igual siempre, pues a pesar de que inician su rutina a las 08:00 de la mañana, se les cambian constantemente las técnicas, ejercicios y actividades para que no sea igual y no se aburran, pues los caninos son también muy juguetones.

Perros de búsqueda y rescate, el “otro Ejército” que ayuda al país
Perros de búsqueda y rescate, el “otro Ejército” que ayuda al país ı Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

“Lo que hacemos es únicamente ejercicios de reforzamiento de su entrenamiento; esto es, que sus días no sean iguales; crearles hábitos y que no se aburran, pues solamente en ocasiones sólo se les da obediencia u otros sólo caminar”, destacó.

Los caninos deben estar lo más descansados que se pueda diariamente, pues en cualquier momento puede haber una emergencia que requiera de toda su energía por días.

Su alimentación es a base de croquetas ricas en proteínas, pues, por las labores que deben realizar, necesitan del mayor rendimiento.

“La croqueta es alta en vitaminas y minerales, son especiales para perros de trabajo, ya que tienen mucha actividad física y necesitamos que tengan músculos y huesos fuertes, pues deben subir y entrar a lugares de difícil acceso”, explicó Emanuel Hernández.

En el caso de Frida, la perrita que se hizo viral en el 2017 después de apoyar en las labores de rescate de personas, la Marina explica que ya está jubilada en las Instalaciones del Subgrupo de Control Canino y funge como un canino monitor; esto es, que los cachorros imiten su comportamiento con la gente para que se vayan acostumbrando. “Es su tutora, sale con dos o tres cachorros y se trata de que se imiten sus comportamientos, para que los más pequeños se vayan acostumbrando”, explicó.

De izq. a der.: Eco, Max y Nico con sus manejadores, en instalaciones de la Semar.
De izq. a der.: Eco, Max y Nico con sus manejadores, en instalaciones de la Semar. ı Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

El entrenamiento de los caninos comienza a los dos meses de nacidos y dura un año y medio. Posteriormente, su vida útil es hasta los siete años, pues las Fuerzas Armadas se preocupan por que también tengan calidad de vida sin actividades militares, por lo que inicia un concurso de adopción en el que se trata de que el perrito quede en las mejores manos, ya con un descanso cotidiano.

En las instalaciones de la Marina en Iztapalapa, a las que La Razón tuvo acceso, los caninos son entrenados en escenarios parecidos a zonas de desastre, con el objetivo de que se vayan acostumbrando a tener un panorama en el que van a trabajar para detectar a la gente en situación de urgencia.

Cuervo se jubila tras larga lucha antidrogas

Luego de pasar casi toda su vida en la unidad de detección de narcóticos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Sonora, “Cuervo”, canino de siete años de edad, se jubiló con el récord de detección de 52 mil pastillas psicotrópicas que no lograron llegar a las calles de las ciudades.

Las Fuerzas Armadas dan descanso a los perros que sirvieron a la nación y buscan las mejores familias para que los adopten y puedan terminar sus días de manera tranquila, jugando y descansando, tras una vida de trabajo.

Roxy Velázquez, de profesión administradora, se enteró de la convocatoria en la Federación Canófila Mexicana y de inmediato se interesó, aunque para adoptar a siete caninos hubiese que competir con 10 mil solicitudes para ese fin.

“En la convocatoria se publica la solicitud para ser llenada y en ella te preguntan en dónde lo vas a tener, para qué lo quieres y el tema de la alimentación. Cuando pasé estos filtros, me llaman y, tras una entrevista, me dijeron que había sido seleccionada para quedarme con el perrito”, explicó.

Cuervo se jubila, tras una larga lucha antidrogas
Cuervo se jubila, tras una larga lucha antidrogas ı Foto: Jorge Butrón, La Razón

Entre los requisitos para la adopción se toma en consideración el tipo de vida de cada solicitante, pues las Fuerzas Armadas evitan entregarlo a personas que lo van a poner a trabajar, ya que se privilegia su descanso y, por ello, se cuestiona mucho la profesión o a lo que se dedica la persona.

Además, la capacidad económica es sumamente importante, pues los caninos vienen de rigurosos entrenamientos y están acostumbrados a cierta alimentación y cuidados.

“Cuervo se lleva un costal de croquetas cada mes y es de la marca que ellos te dicen, con un costo de dos mil 500 pesos; entonces, tienes que estar consciente de que no sólo es amor, sino tiempo y darle la atención adecuada”, expresó Roxy Velázquez.

“Cuervo”, un pastor de raza belga, llegó en perfectas condiciones a su nuevo hogar en la alcaldía Magdalena Contreras de la Ciudad de México, en donde cuenta con un gran jardín para rascar, buscar, correr y soltarse todo el tiempo que quiera pues, además, tiene horarios en los que está acostumbrado a levantarse y salir para activarse.

A pesar de su vida sana y trayectoria impecable en el servicio a las Fuerzas Armadas, tiene una infección en un ojo que, aunque no le representa riesgo, sí debe tener rehabilitación para no afectar más su salud.

“De repente lo vi, me enterneció y quise estar con él; además, tengo el tiempo y los recursos para hacerme cargo de él. En realidad, lo quiero mucho y estaba consciente de los riesgos de tener a un perro militar, pues deben pasar por un periodo de adaptación que, como cualquier canino, debe pasar”, explicó la profesionista.

Cuervo se jubila, tras una larga lucha antidrogas
Cuervo se jubila, tras una larga lucha antidrogas ı Foto: Especial

Narró que, al llegar por “Cuervo”, tuvo una especie de capacitación del que fue su manejador durante la vida del perro en las Fuerzas Armadas, pues le mostró qué le gustaba y lo que no.

“La verdad es que es un perro muy noble, pues se tiene la idea de que no son animales amigables; por ello, pensé que me iba a morder y por ello me dio miedo, pero al darme los comandos, de inmediato mostré confianza y cariño”, describió.

El proceso para la entrega de “Cuervo” fue de marzo hasta agosto (cinco meses), aunque los primeros días estaba muy triste y dejó de comer, pues extrañaba a su manejador, pero poco a poco comenzó a consumir su alimento y a seguir su etapa de adaptación.

“Ya está más contento. Fui a la Federación para que me lo revisaran y lo veo contento, pero sea el perro que sea, necesita un proceso de adaptación. Lo de su ojo me dijeron que no es grave, sólo hay que cuidarlo, además de que el mismo desgaste le ha generado problemas de la columna”, explicó.

Durante su vida en las Fuerzas Armadas era detector de narcóticos y es uno de los perros que más detectó, pues “de hecho busca en todos lados, eso se le quedó; entra a los carros y los escanea; o sea se sube y se baja, pues detecta o no y se baja. Esa fue su función durante siete años”, aseveró Roxy Velázquez.

Cuervo se jubila, tras una larga lucha antidrogas
Cuervo se jubila, tras una larga lucha antidrogas ı Foto: Especial

“Cuervo” tiene casi ocho años, pero se estima que pueda tener una buena calidad de vida durante por lo menos otros siete, pues puede hacer todo al estar sano. Sin embargo, tuvo un aumento de peso porque ya no realiza actividades tan rigurosas.

Hasta ahora sigue corriendo, aunque no en la misma frecuencia que en los campos de la Secretaría de la Defensa Nacional, y por ello conserva mucha fuerza y vitalidad a pesar de estar jubilado.

Su alimentación abarca las croquetas, por ser un perro geriátrico, aunque le encantan las tortillas y en ocasiones lo alimentan con verduras de manera racionada.

La Razón visitó a “Cuervo” en su hogar y pudo observar que el ejemplar disfruta de su nueva vida en un hogar con todas las condiciones para estar tranquilo y con mucho amor, pues además tiene la compañía de otro perro, que lo recibió bien, y con quien juega todas las tardes. Además de ser una amorosa compañía, es un gran cuidador, noble y cariñoso con toda la gente que se le acerca.

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