El sismo de magnitud 7.7 que se registró la tarde de este lunes ocurrió en una zona cercana al sitio en que se generó el que dio origen al terremoto de 8.1 que ocurrió el 19 de septiembre de 1985, informó el Servicio Sismológico Nacional (SSN)
En conferencia de prensa, Rodolfo Quintanar, secretario académico del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el movimiento se generó por el hundimiento de 15 kilómetros de profundidad de de la placa de cocos, bajo la placa norteamericana.
En consecuencia, el experto apuntó que dadas sus características es posible que se genere una gran cantidad de réplicas durante los próximos días, de las cuales van 168 hasta las 15:20 horas, la más grande de 5.3.
En cuanto a una alerta de tsunami, el especialista explicó que éstos se originan en determinadas condiciones, como ubicarse entre las costas del país y lo que se conoce como la fosa de la trinchera mesoamericana, lo cual no ocurrió en este caso.
No obstante, Octavio Gómez, del Servicio Mareográfico de la UNAM, dio a conocer el registro de un tsunami no intenso pero con amplitudes considerables.
Detalló que hasta esta tarde sus estaciones de monitoreo en Manzanillo detectaron ondas con una amplitud máxima de un metro con 24 centímetros.
“Tenemos que esperar un buen rato acá hasta que se calme el nivel del mar y entonces sí podamos tener la amplitud máxima, pero hasta ahorita es muy claro que en la región de Manzanillo es la más afectada por este tsunami”, apuntó.
Ante este escenario dijo que el mayor riesgo que podrían representar las corrientes es una “pequeña inundación”, por lo que también pidió a la población alejarse de las costas, ya que las corrientes no son intensas, pero son suficientes para llevar a una persona a mar adentro.
Víctor Hugo Espíndola, investigador del SSN, aseguró que la ocurrencia de este movimiento en una fecha en que se han registrado movimientos intensos en años anteriores no es más que “una desagradable coincidencia”, pero que no ha generado mayores consecuencias.
Tanto él como Rodolfo Quintanar, coincidieron en subrayar que no es posible predecir un sismo y que los algoritmos que estadistas han dado a conocer recientemente pueden corresponder más a un pronóstico, el cuál no se puede permitir utilizar para este fenómeno.
“Esas técnicas se aplican tanto a los picos de la pandemia de COVID-19, como a la ocurrencia de huracanes, en ese sentido no podemos considerar eso como algo válido para el funcionamiento del SSN”, dijo Víctor Hugo Espíndola.
“Los sismos van a seguir ocurriendo, puede ocurrir otro el mes que entra, el año que entra, la semana que entra, entonces lo más importante es que haya conciencia en la población, pero sobre todo que sepamos convivir con ellos. ¿Qué significa?, que sepamos qué hacer en caso de un sismo y pero sobre todo cómo construir”, concluyó Rodolfo Quintanar.
CEHR