De nueva cuenta, estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, realizaron actos vandálicos, pero ahora en las instalaciones del Campo Militar 1 del Ejército Mexicano, en el municipio de Naucalpan, Estado de México.
Al término del mitin que familiares de los 43 estudiantes, previo a la gran manifestación del 26 de septiembre, realizaron a ocho años de la desaparición de los jóvenes, un grupo de normalistas comenzó a arrojar piedras, petardos y cohetones encendidos hacia el interior de las instalaciones castrenses, que eran resguardadas por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y del propio Ejército.
Los encapuchados “tumbaron” las rejas que dividen las instalaciones con la avenida principal, y algunos ingresaron para lanzar los objetos en contra de los elementos que resguardaban el Campo Militar 1.
Al menos 40 retiraron la puerta principal de acceso y replegaron a los agentes y fuerzas militares a la parte trasera del edificio.
Además, aprovecharon para realizar pintas con leyendas culpando a las Fuerzas Armadas de la desaparición de los 43 en septiembre de 2014.
Un grupo de 20 elementos de la SSC se replegó en el acceso principal para resguardar la puerta de acceso en posición “Barrera Romana”, mientras que los normalistas comenzaron a abordar sus unidades para salir del sitio.
En dos camiones antimotines los agentes del orden lanzaron chorros de agua para alejar a los estudiantes y terminar con la agresión, ya que su labor sólo fue de contención y no de enfrentamiento.
Previamente, en el marco de la jornada nacional por Ayotzinapa, familiares y normalistas se manifestaron frente a acceso del Campo Militar para hacer un mitin en el que acusaron a las Fuerzas Armadas en el caso de los 43 normalistas y aseguraron que el Ejército mexicano tiene las manos manchadas de sangre por muchos estudiantes.
Vidulfo Rosales, abogado de las familias, aseguró que la protesta es por la demora en la ejecución de las órdenes de aprehensión contra los responsables en la desaparición, pues ignoran por qué no se están cumplimentando, y acusó que, a pesar de estar en un nuevo Gobierno, el Ejército no ha cambiado.
“Infiltraron soldados en Ayotzinapa para controlar los movimientos que hacían los estudiantes, pues sabían que en la escuela se formaban perfiles como el de Lucio Cabañas, que impulsaron los grandes movimientos en el país. A partir de ahí ven a guerrilleros en los estudiantes, pero lo que hicieron de infiltrar gente es ilegal”, agregó.
El abogado dijo que los militares tienen audios y documentos de lo sucedido en 2014, pero se han negado a dar todos al Ministerio Público, pues desde un inicio supieron los movimientos de los estudiantes y se confirma su participación en los hechos.
“Hay pruebas que 25 jóvenes fueron ingresados al Batallón 27 en Iguala y varios de ellos fueron asesinados ahí, mientras que otros fueron entregados a Guerreros Unidos para tortura”, dijo.
Esta semana, los estudiantes también atacaron las instalaciones de la Embajada de Israel, de la Fiscalía General de la República (FGR), y otras del Ejército Mexicano en la capital y en Guerrero, para exigir la extradición del exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, y que se ejecuten las órdenes de aprehensión pendientes, entre ellas, las de los militares implicados.
En esta última jornada de protestas, y como consecuencia del lanzamiento de diversos artefactos por parte de inconformes, resultaron lesionados 24 policías y 13 militares, según informes del gobierno capitalino.