La Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos anunció la conclusión del operativo “Una pastilla puede matar”, que realizó entre el 23 de mayo y el 8 septiembre, para combatir el tráfico de fentanilo, mediante el cual logró decomisar más de 10 millones de pastillas y cerca de media tonelada de la droga en polvo, con lo que evitó que más de 36 millones de dosis llegaran al mercado.
De acuerdo con las autoridades, 35 de los decomisos están relacionados con los cárteles Sinaloa (CS) y Jalisco Nueva Generación (CJNG), responsables de la introducción de la mayor parte del fentanilo que se consume en ese país.
“En todo el país, el fentanilo está devastando familias y comunidades, y sabemos que los cárteles criminales y violentos de la droga son responsables de esta crisis”, dijo el fiscal general, Merrick B. Garland.
Por su parte, la titular de la DEA, Anne Migram, afirmó que “enfrentar la crisis del fentanilo ha sido la máxima prioridad para la DEA. La amenaza más urgente para nuestras comunidades, nuestros niños y nuestras familias son el Cartel de Sinaloa y el CJNG, que están produciendo y suministrando en masa el fentanilo que está envenenando y matando a los estadounidenses.
“El Cártel de Sinaloa y el CJNG son organizaciones criminales despiadadas que utilizan el engaño y la traición para generar adicción con total desprecio por la vida humana. Para salvar vidas estadounidenses, la DEA se enfoca incansablemente en derrotar al Cártel de Sinaloa y al CJNG al degradar sus operaciones para que les resulte imposible hacer negocios”, añadió.
A su vez, el Departamento de Estado refirió en un comunicado que “el fentanilo es considerado una de las drogas más letales, tan solo el año pasado 107 mil 622 personas murieron por intoxicación o sobredosis con drogas, 66 por ciento de esas muertes están asociadas al consumo del fentanilo”.