"Nos matan, nos violan, acosan, golpean, nos desaparecen ¿y quieren que nos quedemos en nuestra casa sin decir nada? Eso ya no sucede señores", dijo Estefanía, una de las centenares de mujeres que este 25 de noviembre salió a marchar en la Ciudad de México con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Cómo cada año, pero con una respuesta notablemente menor a las convocatorias de otras ocasiones, madres, abuelas, hijas, hermanas, esposas se concentraron en diversos puntos de la capital para reunirse sobre Paseo de la Reforma y caminar con el mismo objetivo: llegar frente a Palacio Nacional para gritar que la violencia sigue sacudiendo sus vidas cada día, a pesar de las promesas gubernamentales de que esto quedaría en el pasado.
Desde las primeras horas, algunas colectivas se organizaron para arribar a la plancha del Zócalo, sobre cuyo piso fueron dibujadas siluetas de niñas y mujeres en representación de las 11 a las que diariamente se les arrebata la vida en el país.
Rumbo a las 14:00 horas, diversas organizaciones se concentraron en los puntos de las citas, como el Monumento a la Revolución y a lo largo de Reforma.
Algunas portaban pancartas hechas en cartulina; otras, improvisaron sobre cartones y hubo quien hasta usaron los carteles que anuncian la marcha del Presidente de la República para este 27 de noviembre.
Justicia y seguridad en las escuelas, en las calles, en los hogares; cero asesinatos, violaciones, desapariciones forzadas, poder salir sin temor, fueron los reclamos protagonista de quienes recorrieron los cerca de cinco kilómetros.
¡Qué no! ¡Ya te dije que no! ¡Pendejo, no! Yo soy mía, tengo autonomíagritaban mujeres de todas las edades
Entre los contingentes avanzó el denominado bloque negro, vestidas de negro y con pasamontañas, pañuelos o playeras que cubrieran su rostro realizaron pintas sobre las vallas que protegían negocios y edificios de gobierno del Centro Histórico.
Los altercados mayores ocurrieron frente al Hemiciclo a Juárez, dónde la doble fila que realizaron mujeres policías pronto se deshizo cuando fueron rociadas con pintura blanca y sus escudos fueron pintados por las manifestantes vestidas en color oscuro.
Un segundo momento de tensión se dio a escasas dos calles del Zócalo, dónde una confusión por creer que las Ateneas habían encapsulado a una manifestante generó empujones, gritos, insultos y algunas caídas, así como constantes insultos a las funcionarias de seguridad.
Hijas sin localizar, asesinos y violadores en libertad; víctimas de violencia física, psicológica, económica; detenciones arbitrarias, entre otros testimonios fueron escuchados.
Unas llegaron a beber un poco de agua y descansar de la caminata; el bloque negro incendió cascos de policías y lanzó bombas Molotov a la Catedral sin que esto ocasionará personas lesionadas.
"¡Las niñas no se tocan! ¡Si tocan a una tocan a todas! ¡Ni una más!", continuó escuchándose hacia el final de la movilización.