Seguir o no utilizando el cubrebocas aún representa una disyuntiva para varias personas, luego de que las fases agudas de la pandemia por COVID-19 han comenzado a quedar atrás después de casi tres años.
A pesar de que la emergencia sanitaria parece haber cambiado de página a finales de este 2022, lo cierto es que no es la única enfermedad que motivaría el uso de este artículo preventivo.
Durante esta temporada invernal se ha registrado el incremento de diversas enfermedades respiratorias.
Como publicó La Razón en su edición de fin de semana, la incidencia de Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs) se encuentra en 366.8 por cada cien mil habitantes hasta la semana epidemiológica 46.
Esto no sólo representa un incremento de 27.1 por ciento respecto a los indicadores de la semana 44, sino también de 82.4 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Aunado a esto, especialistas en salud han advertido sobre la coinfección entre el virus de COVID-19 y sus nuevas variantes y la temporada estacional de la influenza, la cual ha crecido 12.9 por ciento respecto al 2021.
En octubre pasado, el Comité de la Nueva Normalidad emitió los lineamientos que desde entonces se deberían aplicar en los espacios laborales.
Dichas directrices apuntaron que el uso del cubrebocas se mantendría como una recomendación en espacios cerrados y que no contaran con una ventilación adecuada.
Sin que fuera indicado como obligatorio, se destacó la importancia del uso de la mascarilla para personas que no hayan sido vacunadas contra COVID-19 o que cuenten con un sistema inmunitario debilitado.
Dado que las enfermedades que abundan en esta época del año tienen como vía principal las gotitas que expulsamos al hablar, toser o estornudar, el cubrebocas representa la herramienta principal para evitar la propagación de cualquier virus que se transmita por el mismo canal.
A mitad del mes pasado, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), recalcó que cuando más una infección comienza a afectar a una población “debería ponernos en estado de alerta”.
Por ello, el organismo internacional llamó una vez más a no bajar la guardia con el uso del cubrebocas y el distanciamiento social, para evitar el riesgo de un resurgimiento mayor de enfermedades respiratorias.
lem