La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) advirtió que durante la pandemia por Covid-19 disminuyeron las sentencias por trata de personas, pero aumentó el número de víctimas.
En conferencia, Mario Cordero, investigador de la organización, mencionó que entre los hallazgos que se hicieron en el 2022 se encontró que las víctimas se autorrescatan, ante la falta de atención de las autoridades.
La trata de personas se expresa principalmente en los casos de explotación sexual o trabajo forzado, mientras que las personas sentenciadas son mayormente hombres.
“Detrás de cada cifra hay una persona que está siendo explotada en la clandestinidad. Las víctimas consiguen escapar y ponerse de acuerdo con las autoridades, pues es difícil que se conozca en dónde se encuentran y cómo son explotadas”, destacó el investigador.
Señaló que en México el delito se incrementó durante el 2022, así como las víctimas, y por ello aseguró que urgen estrategias para prevenir y atacar este delito.
En México, la trata de personas terminó el 2022 con 24 por ciento de incremento y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) ha reconocido que es un ilícito que no ha cedido, a pesar de que otros sí lo han hecho.
La fundadora de la organización Unidos vs Trata, Rosi Orozco, detalló a La Razón que este delito no se detiene porque en muchas entidades del país siguen existiendo giros negros, en los cuales secuestran a las mujeres para fines de explotación sexual y trabajos forzados; sin embargo, aclaró que en algunas entidades este delito ha ido a la baja, precisamente por el cierre de esos lugares.
Además, expuso que el fenómeno va asociado a otros factores, como la desaparición forzada, puesto que plagian a las mujeres y, en cuestión de horas, las llevan a otros estados para venderlas y explotarlas hasta que no pueden más; por ello, señaló “que es necesario que los estados se comprometan de mejor manera para avanzar en el tema y que se combata a los grupos criminales, que son los principales generadores de violencia y secuestro de mujeres”, destacó.
De acuerdo con la UNODC, las mujeres y los niños son los que más sufren la trata de personas, por ser de grupos vulnerables, ya que son coptados por diferentes medios y en sus secuestros hay mucha violencia, que les afecta por muchos años.
La organización detalló que el fenómeno de trata de personas es mundial y no se ha detenido, y tras la pandemia se generó un aumento que hasta el momento sigue siendo motivo de preocupación.
En este contexto, Cordero dijo que es necesario también proteger a comunidades indígenas, ya que hay un fuerte problema con ese sector de la población.
“En México, llevamos a cabo un proyecto para dotar de herramientas de detección de trata de personas a líderes de comunidades indígenas de San Quintín, Tlaola y Papantla, gracias al apoyo de la embajada de Canadá en México”, detalló.
Guillermina Cabrera, fiscal especializada en este delito en el Estado de México, aseguró que es importante que se hagan campañas de difusión de información, fomentar la denuncia y crear refugios para la protección de las víctimas.