El Gobierno federal modificó por cuarta ocasión el mecanismo de compra de medicamentos, pero regresó al antiguo método que se utilizaba antes de que se iniciara la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró el director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), Rafael Gual.
“Esta es la cuarta intentona en este Gobierno, después de que hubo esta disrupción en el esquema de compra, como se venía haciendo tradicionalmente. Sí, efectivamente se está regresando o lo que se tenía antes de que entrara este Gobierno, en donde se permite ya la participación a través de distribuidores, que fue la causa por la cual cambiaron todo el esquema, pues estamos regresando a eso, a que se permita la participación con distribuidores, que yo te puedo decir es mejor al sistema que se tenía antes, porque ahora las empresas farmacéuticas podrán seleccionar a la empresa que le va a distribuir.
“Eso es importante, porque de alguna manera hay una corresponsabilidad, cosa que no existía en los anteriores procesos, donde a ti te dicen: ‘tú entregas en este lugar’, y la operación logística pues ya no dependía de la industria. Es decir, dimos un gran círculo y terminamos en donde mismo”, dijo en entrevista con La Razón.
Esa entrega logística provocó que en diciembre López Obrador reconociera que lo que se conoce como “la última milla”, es decir, la entrega en farmacias de hospitales y centros de salud, no se cumpliera.
“Ahora tenemos que seguir con la distribución de los medicamentos y luego la llamada última milla, ya la entrega a cada unidad médica, a cada centro de salud, a cada hospital, y en eso estamos. Se ha avanzado mucho”, aseguró el mandatario el 29 de diciembre pasado.
Cuando comenzó a licitar el actual Gobierno, separó la distribución: se la dieron primero a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS); luego, al Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y ahora, regresan con los industriales; es decir, ellos colocan los medicamentos en farmacias de hospitales y, por supuesto, licitan en Compranet.
Se está regresando o lo que se tenía antes de que entrara este gobierno, en donde se permite ya la participación a través de distribuidores, que fue la causa por la cual cambiaron todo el esquemaRafael Gual Cosío, Director general de Canifarma
Con este esquema que se echa a andar, cada laboratorio que se adjudique una compra se encarga de entregarla en farmacias del hospital solicitante y no en centros de distribución, donde, por ejemplo, caducaron vacunas en meses anteriores.
Sin embargo, aunque se regresa a un esquema probado y que ha dado resultados, las compras gubernamentales de medicamentos no fueron suficientes ni en cantidad ni en diversidad, por lo que en 2023 y 2024 todavía se verán pacientes que no reciban sus requerimientos completos, advirtió.
“Pues más o menos el 23 por ciento de claves desiertas; si bien es un resultado mejor a los que se habían conseguido con la Oficialía Mayor de Hacienda, con el propio Insabi, con la UNOPS, pues no deja de ser deficiente.
“Al final de cuentas, las licitaciones que se llevaron a cabo con anterioridad a este Gobierno, en 2018, que fue la última, pues tenían un abasto o una asignación de alrededor de un 92-95-97 por ciento, en promedio 95; ésta pues fue de 77 por ciento. Mejora el porcentaje de bateo, valga la expresión, pero quedan bastantes claves que van a tener que comprar por adjudicación directa o por otros mecanismos”, señaló el empresario farmacéutico.
Las adjudicaciones directas no ofrecen los mejores resultados en investigaciones de mercado y queda a la discrecionalidad de los funcionarios en turno, añadió.
“Sí (podría haber desabasto otra vez), a reserva de que hagan estas compras por adjudicaciones directas, que también ahí tenemos un riesgo importante, porque hemos observado que a veces se le dan a compañías que no tienen experiencia en el sector o que no tienen registro sanitario en México, lo cual es gravísimo, pues no hay posibilidades de saber cómo fue fabricado y qué características de calidad tienen hoy y si cumplen con los estándares que se exigen aquí en México a las empresas locales que, desde luego, están sujetas a un marco regulatorio mucho muy estricto, que te digo, no necesariamente se cumple en estos otros casos”, alertó.
De acuerdo con Rafael Gual, el Gobierno federal dejó alrededor de 250 a 260 claves de medicamentos sin adjudicación, entre ellas, las de alto volumen, pero también de especialidad y terapéuticas.
El Instituto Farmacéutico de México (Inefam) estima que de las mil 334 claves que representan los medicamentos y vacunas, sólo se adjudicaron mil 68, mientras que, por volumen, de dos mil 719 millones de piezas, se consiguieron dos mil 362 millones.