La implementación y ampliación del Acuerdo de Apertura contra la Inflación y la Carestía (PACIC) que impulsó el Gobierno Federal abrió una ventana para un riesgo sanitario “muy grande” que podría llevar al país a enfrentar nuevas epidemias a causa del retiro de filtros para evaluar la calidad de las importaciones alimentarias, advirtieron especialistas.
Así lo señalaron expertos de la agroindustria durante la mesa de análisis Desafíos Sanitarios de la Ganadería Mexicana organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados.
Aunado al riesgo que representa la flexibilización de las restricciones, Francisco Monroy, de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia, señaló que en el país no hay medidas contra epidemias como bancos de vacunas y laboratorios para identificar y contener la propagación de alguna enfermedad que ingrese al territorio nacional.
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Además, señaló que en todo México se han identificado cien mercados donde se llevan a cabo actividades de alto riesgo.
Eso es, explicó, la convivencia de animales domésticos y silvestres, donde se realizan matanzas de especies sin condiciones sanitarias, las cuales permiten la mezcla de fluidos que son consumidos por otros animales, lo que representa un riesgo pandémico.
Señaló que en estos lugares se ha identificado la presencia de animales no sólo de otras partes de la República, sino hasta provenientes de Centroamérica y que se comercializan ilegalmente.
Frente a este escenario, dijo que, aunque las restricciones fueron retiradas bajo el argumento de que son un obstáculo al comercio, “cumplen una misión, son obstáculos justificados para prevenir la introducción de riesgos sanitarios”.
“Si las barreras sanitarias que existen para defender a nuestro hato ganadero de este tipo de riesgos por cuestiones presupuestales o por políticas públicas encaminadas a este fin, esta enfermedad (fiebre aftosa) puede entrar”, comentó.
Entre los riesgos, dijo, está el contagio de la influenza aviar sobre el que ya hay una alerta, pues es una enfermedad que puede pasar fácilmente de aves a mamíferos.
“En cualquier momento afectará a seres humanos. Quienes nos dedicamos a la epidemiología sabemos que se va a presentar y lo que queda es posponer su ingreso, reducir los riesgos para que ingrese en un sitio focalizado y se pueda controlar”, mencionó.
Rosario Pérez, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, advirtió que no atender la sanidad animal tiene un costo y no atenderla tendrá uno mayor.
A pesar de que el sector agropecuario no es de los más relevantes para la economía nacional, refirió, lo que pudiera derivar de su desatención trastoca otras disciplinas que sí lo son como la salud.
Señaló que la diversidad de modos de producción ganadera se relaciona con la cantidad de enfermedades en el sector, lo cual representa un reto para funcionarios y profesionales de áreas como la química, economía, entre otros.
Por otro lado, Tomas Zurita, investigador del CEDRSSA mencionó que los principales importadores de carne de porcino para nuestro país son Estados Unidos y Canadá, países reconocidos como libres de fiebre aftosa sin vacunación.
Además, subrayó que México estableció requisitos para la carne que se llegue a importar de Brasil, a efecto de que el producto adquirido no haya estado en contacto con zonas donde exista la enfermedad.
También advirtió que en caso de que se utilicen medidas de forma injustificada, se podría alegar que México incumple con acuerdos comerciales ya establecidos.
AM
