Criaturas fantásticas

Aluxes: ¿Qué son y qué representan para la cultura maya?

Los aluxes son criaturas fantásticas de la mitología maya que cuidan las cosechas; tienen aspecto de anciano, pero la complexión de un niño, así como una actitud traviesa y extrovertida

Los aluxes, en maya “alux” y en plural “aluxo’ob”, son criaturas fantásticas de la mitología maya que cuidan las cosechas. Foto: Especial

A través de su cuenta de Twitter, el Presidente Andrés Manuel López Obrador compartió dos imágenes capturadas durante los trabajos del Tren Maya: “Una, tomada por un ingeniero hace tres días, al parecer de un aluxe; otra, de Diego Prieto de una espléndida escultura prehispánica en Ek Balam. Todo es místico”, escribió el mandatario.

Sin embargo, cabe recordar que en 2021 se viralizaron unas fotografías donde se observan siluetas con apariencia humana que se encuentran sobre un árbol en un parque de Terán, Nuevo León. En las imágenes, que fueron compartidas en febrero del año pasado, también se asegura que es una “Bruja en Altamira, Tamaulipas”.

¿Qué son los aluxes?

No cabe duda que la cultura prehispánica es sumamente mística y está llena de leyendas y rituales mágicos que hasta la fecha siguen intrigando a propios y extraños. En La Razón te explicamos qué son los aluxes y qué representaban en la cultura maya.

Los aluxes, en maya “alux” y en plural “aluxo’ob”, son criaturas fantásticas de la mitología maya que cuidan las cosechas. Tienen aspecto de anciano, pero la complexión de un niño, así como una actitud traviesa y extrovertida, lo que los convierte en seres únicos.

De acuerdo con las leyendas, estas criaturas suelen estar acompañadas de perros, portan sombreros y viven en cuevas cercanas a las milpas o en los cerros. Los lugareños afirman que los aluxes no son malos, sino más bien son traviesos; es por eso que muchas veces se les confunde con niños, pues suelen correr y brincas por los campos.

Los mayas actuales cuentan que estos seres son descendientes de un enano que vivió en Uxmal y que, al igual que él, fueron creados de barro por viejos sacerdotes mayas. El barro lo recogían de las cuevas que todavía se encontraban vírgenes y a las que nunca había entrado alguna mujer.

El fango se ponía a reposar durante nueve noches para luego mezclarlo con una pócima hecha de miel melipona y flores silvestres. Después, se colocaba otras nueve noches en un altar en donde no les daba el sol.

Transcurrido el tiempo específico se llevaban a esparcir por el monte entre cantos y rezos para cumplir con su misión, cuidar de la cosecha.

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DGC

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