El viacrucis migrante, que recorre un trayecto entre Tapachula y la Ciudad de México con más de tres mil personas que viajan en caravana, salió la mañana de ayer del municipio de Huixtla y horas más tarde llegó a Villa Comaltitlán, Chiapas, a unos 17 kilómetros de distancia
Los migrantes indocumentados salieron por la madrugada para evitar el calor de la carretera, debido a que se están registrando 34 grados Celsius a la sombra en la zona, además de que la humedad ya comenzó a generar estragos en la salud de las personas, debido a que diariamente se reportan golpes de calor y personas deshidratadas.
Los servicios de salud en Chiapas atendieron este miércoles a por lo menos 30 migrantes con heridas en los pies e insolación, debido a las largas caminatas y al intenso calor. Al llegar a una explanada dispuesta por las autoridades, se les regaló comida y bebidas para hidratarse.
Posteriormente, siete personas más se “suturaron” los labios como forma de protesta, tras la muerte de 40 extranjeros en Ciudad Juárez, y señalaron que lo seguirán haciendo hasta llegar al mismo número de personas fallecidas.
Las personas cada día se encuentran más cansadas, de acuerdo con testimonios, debido a que cada vez ven más lejos la posibilidad de llegar a la Ciudad de México, además de que en promedio avanzan 20 kilómetros diarios, lo que tardaría dos meses —al menos— para llegar a la capital del país.
Los primeros grupos que llegaron ayer a Villa Comaltitlán guardaron un minuto de silencio por un migrante fallecido el martes, de quien hasta el momento se desconocen las causas del deceso, pues sólo se sabe que llegó de Honduras, se unió en Tapachula y viajaba solo.
En el interior del éxodo, las personas ya han denunciado a otros migrantes que se encuentran en el viacrucis, pero que están dando información falsa a las personas que quedan retrasadas en comunidades anteriores.
Incluso, las personas también han acusado que en el éxodo viaja un grupo de personas que venden droga y la consumen, y por ello se han puesto agresivos con varias familias.
Irineo Mujica, director de Pueblo sin Fronteras y organizador del viacrucis, está de acuerdo en que el éxodo va avanzando muy lento y por ello pidió un diálogo con las autoridades, con el fin de que les puedan proporcionar autobuses y llegar directo a la Ciudad de México.
“Entendemos lo que está pasando y por ello pedimos diálogo, para que nos den autobuses y lleguemos a la capital, ya que son fuertes las condiciones en las que estamos expuestos por el clima y el olvido en el que nos tienen”, dijo.
Otro de los problemas es que diariamente los migrantes se quejan de que ya no tienen dinero y que les urge que les den los papeles para no tener que huir de las autoridades.