El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), organismo descentralizado creado hace tres años y que pretendía proveer servicios de seguridad social y medicamentos a las personas no inscritas a ninguna institución del Sistema Nacional de Salud, tiene observados 14 mil 628 millones de pesos que no han sido debidamente comprobados en las cuentas públicas del 2020 y del 2021, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
El organismo fiscalizador detalló que en lo que se refiere a la Cuenta Pública del 2020, el Insabi no ha comprobado seis mil 426 millones de pesos y otros siete mil 886 millones de pesos no han sido aclarados a cabalidad, por lo que se considera que no han sido recuperados los recursos para la Cuenta Pública de ese año.
En esa misma cuenta, la ASF informó que ya se recuperaron mil 502 millones de pesos, por lo que el monto total no aclarado asciende a 14 mil 312 millones de pesos.
De estos últimos recursos públicos, el monto más importante corresponde a tres mil 643 millones 241 mil pesos, que supuestamente sirvieron para adquirir medicamento, material de curación e insumos médicos que deberían haberse enviado a las entidades federativas conforme a lo pactado en el acuerdo de coordinación, pero no fue entregada la documentación que justifique y compruebe esa entrega.
Tampoco existen documentos emitidos por las entidades, en los que hayan manifestado que recibieron esos insumos a su entera satisfacción, lo que representa un incumplimiento a la Ley General de Salud, al Presupuesto de Egresos de la Federación y a los acuerdos de coordinación para garantizar la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados para las personas sin seguridad social.
Otros mil 376 millones 260 mil pesos se encuentran observados por la “falta de entrega de medicamento, material de curación e insumos a las entidades federativas, conforme a lo pactado en el acuerdo de coordinación, además de no contar con el documento debidamente validado, en el cual los estados manifiesten su entera satisfacción, referente a la compra consolidada de los mismos productos que, de acuerdo con lo descrito por el propio Insabi, le correspondió el 32 por ciento de esos insumos.
El Insabi tampoco ha justificado el gasto de mil 600 millones 320 mil pesos, más los rendimientos financieros generados desde su disposición hasta su reintegro a la Tesorería de la Federación, por la compra y distribución de dos mil 250 ventiladores pagados a cuatro proveedores durante la pandemia de Covid-19.
La ASF advirtió que “no se contó con la requisición de los bienes, los instrumentos jurídicos formalizados, las actas de entrega-recepción de los bienes, formalizadas entre el proveedor y dicho instituto, con los números de serie respectivos, así como las características técnicas de los mismos y fechas de su entrega”.
Adicionalmente, hay otros 920 millones 441 mil pesos, “más los rendimientos financieros generados desde su disposición hasta su reintegro a la Tesorería de la Federación, por concepto de la adquisición de 650 ventiladores AEONMED VG70, mediante el acuerdo de compra sin número, formalizado el 4 de abril del 2020, con la empresa de origen inglés Viva Enterprises Limited, para dar atención a la pandemia”.
La ASF añadió que dichos recursos “fueron pagados el 13 de abril de 2020, de los que no se proporcionó evidencia de su entrega a dicho instituto por parte del proveedor y, respecto de lo cual, informó que suscribió un contrato con un despacho inglés para iniciar las acciones legales tendientes a hacer efectiva la responsabilidad contractual del proveedor”.
En lo que se refiere a la Cuenta Pública del 2021, la Auditoría observó 316 millones de pesos, los cuales todavía pueden ser aclarados por el Insabi, hasta octubre del presente año, pero que hacen sospechar a las autoridades que se trata de un quebranto a la hacienda pública.
De ellos, el monto más relevante corresponde a siete millones 285 mil 750 pesos, más los rendimientos financieros generados hasta su reintegro a la Tesorería de la Federación, por adquirir medicamentos con un precio superior al contenido en el Listado de Precios de Referencia establecido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, derivados de la compra consolidada de medicamentos y bienes terapéuticos (medicamentos, material de curación, material radiológico y de laboratorio) para el ejercicio fiscal 2021”.
Hay también dos solicitudes de aclaración por parte de la ASF: una por 209 millones 998 mil pesos, porque “falta documentación del destino y aplicación de los recursos”, advirtió el organismo revisor.
Otros 98 millones 391 mil pesos no cuentan con el acuse que acredite la entrega de los bienes en los estados de Michoacán y Puebla, a los que se les había asignado esos recursos; en cambio, aparentemente fueron entregados al Estado de México, lo que representa una irregularidad.
Critica oposición fin de un organismo “que no sirvió”
Partidos de oposición criticaron que Morena en la Cámara de Diputados haya desaparecido al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), pues consideraron un fracaso haber liquidado el Seguro Popular para dar paso a un programa que nunca dio resultados.
El dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, señaló que el Gobierno federal provocó un desastre monumental, al dejar a 15 millones de mexicanos sin acceso a la salud, además de que facilitó la muerte de miles de enfermos y malgastó miles de millones de pesos en el Insabi.
“El odio del Presidente Andrés Manuel López Obrador a los gobiernos del PAN lo hizo desaparecer el Seguro Popular y crear el Insabi. Como todo lo que hace, fue una simple ocurrencia, sin diagnóstico, sin planeación y sin ver la realidad que se vive en México”, indicó en redes.
Destacó la estela de corrupción que ahora el Gobierno quiere tapar con su desaparición, “pero, como dijimos desde su creación, el Insabi estaba destinado al fracaso”.
El líder nacional del PRD, Jesús Zambrano, señaló que fue una “absoluta irresponsabilidad criminal” desaparecer el Seguro Popular, para crear el Insabi y volver a desaparecerlo sin ninguna autocrítica y reconocimiento de errores.
“Lo desaparecen de manera apresurada, con una desfachatez brutal, y quieren hacerlo con otras instituciones, y son esos pseudodiputados de Morena que sólo levantan la mano sin ningún tipo de reflexión”, explicó.
Consideró que el mensaje es que no les importa la salud de la población, y sólo cumplen las órdenes del Ejecutivo para tener más recursos y mantener a flote al gobierno”.
Cáncer infantil, el más golpeado por desabasto
Una de las fallas más visibles en las que incurrió el Insabi durante su corta vida fue el abastecimiento de medicamentos, entre cuyas causas están los recortes presupuestales para su adquisición.
El tratamiento del cáncer infantil fue uno de los más castigados por dicha falta de recursos, con un recorte de 97 por ciento para su atención durante el sexenio, y por lo tanto con un elevado desabasto de fármacos.
La organización México Evalúa determinó que, con la transición del Seguro Popular al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el Gobierno no sólo destinó menos recursos por paciente, sino que también ha desmantelado el fondo que cubría enfermedades de alto costo, como el cáncer, y esto ha impactado en el abasto de insumos.
“Las personas más pobres del país salieron perdiendo con la transición del Seguro Popular. El Gobierno no sólo destina menos recursos por paciente, también ha desmantelado el fondo que cubría enfermedades de alto costo como el cáncer”, refiere un análisis, basado en una serie de entrevistas a médicos y especialistas en salud pública.
Quienes explican cómo “el desmantelamiento del Fonsabi (Fondo de Salud para el Bienestar) ha provocado un desabasto de insumos para atender enfermedades graves y largas listas de espera”.
Frente al sexenio pasado, el gasto del Fonsabi, orientado a atender las enfermedades catastróficas, cayó para todos los padecimientos.
El tratamiento más afectado fue el cáncer infantil, con un recorte de 450 millones de pesos (97 por ciento) frente al sexenio pasado, advirtió México Evalúa.
Al entrevistar a los especialistas en salud pública para explicar cómo el desmantelamiento del Fonsabi y transitarlo al Insabi ha provocado un desabasto de insumos para atender enfermedades graves y largas listas de espera, se indica que no ha habido ningún padecimiento que se haya salvado de los recortes presupuestales y, por ende, un desabasto.
Para Guadalupe Díaz Moreno, “el problema no sólo es grave”, es una forma de “matar a los niños”.
En el 2022 comenzó lo que ella llama su “viacrucis”, pues al enterarse de que su pequeño hijo, Diego, de nueve años, tenía leucemia, acudió a la asistencia pública, ya que refiere que “apenas vive al día y en este país hasta para enfermarse hay que tener dinero.
“Cada que tratamos de exigirle, el Gobierno dice que seamos pacientes; si ellos tuvieran un hijo así no esperarían, yo tengo que buscar formas de tener más recursos para tener el medicamento que no hay en Insabi”. La madre de Diego refirió, entre lágrimas, que hay días en que no sabe qué hacer. Ella es originaria de Puebla y, para que su hijo reciba tratamiento, debe desplazarse hasta la Ciudad de México, para que su pequeño sea atendido en el Hospital General Infantil.
Recientemente, varios médicos externaron su preocupación por el recorte porcentual más pronunciado en la atención del cáncer infantil.
“No es sorpresa que hayan aumentado los reportes de desabasto de quimioterapias para niños con cáncer”, coincidieron los expertos.
ONG piden no afectar ahora a IMSS-Bienestar
El colectivo Cero Desabasto aseguró que “ya hay un panorama” más claro en el país sobre el abasto de medicamentos, tras desaparecer al Insabi y trasladar las operaciones al IMSS-Bienestar, debido a que anteriormente se desconocía qué hacía la dependencia que sustituyó al Seguro Popular.
A pesar de ello, advirtió que es necesario esperar el avance de la estrategia para ver si se sobrecarga o no el sistema de salud, pues pueden existir afectaciones.
Andrés Castañeda, coordinador de las causas de salud y bienestar de la organización Nosotrxs, integrante de Cero Desabasto, aseguró que “ciertamente” el IMSS ha sido de las instituciones que mejor han manejado el tema del abasto de medicamentos.
Sin embargo, aclaró que la preocupación es que se va a volver a cambiar el modelo de adquisición de medicamentos, lo que es la quinta vez en la administración.
“Lo que entendemos es que se compraron medicamentos para 2023, pero no se terminaron por comprar todos, pero ahora el tema será qué va a pasar con estas compras en los estados donde se vayan adhiriendo, así como con los institutos, el cambio de responsables y el mismo cambio de adquisiciones”, expuso.
Mencionó que, a pesar de ello, es necesario esperar, ya que por lo menos después de mucho tiempo, ya hay un panorama más claro de las responsabilidades en las compras.
“Falta mucha claridad en cómo se van a manejar algunas cuestiones como el Fondo de Gastos Catastróficos, ya que implica la atención de tercer nivel, así como los mecanismos de transferencia de recursos para estados adheridos y el hecho de que la estructura del IMSS se puede afectar si se sobrecarga”, advirtió.
De esta forma, dijo que el IMSS cuenta con 440 mil empleados, pero aclaró que no solo es atención médica, sino de diferentes ámbitos administrativos, por ello dijo que, si no se hace con precaución, se pueden tener diversas limitaciones. “No todo es malo, la ventaja que ahora tenemos es que ya es medio claro en la ley, pero ahora se tiene que ver todo el tema de las reglas de operación que es cómo funcionan las cosas”, agregó.