La Ley en Materia de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación, que fue aprobada en el Senado la madrugada del sábado pasado, será objeto de múltiples impugnaciones, tanto por parte de las fuerzas políticas como de los mismos investigadores y miembros de la comunidad científica y académica.
Así lo señalaron senadores de oposición e investigadores, quienes reprocharon que la mayoría de Morena y sus aliados no cumplieron el compromiso que hicieron de realizar un parlamento abierto antes de aprobar la nueva legislación.
Consultados por este medio, dijeron que el procedimiento legislativo en sí mismo es objeto de cuestionamientos, lo que hace más endeble su aprobación.
La senadora priista Beatriz Paredes acusó que, desafortunadamente, para aprobar ésta y las otras leyes que avalaron Morena y sus aliados en el Senado, obtuvieron las firmas “en lo oscurito”, porque ni siquiera sesionó la Comisión de Ciencia y Tecnología, que preside el también priista Jorge Carlos Ramírez Marín.
“Sacaron las firmas no sólo en lo oscurito, sino en la madrugada; todo el procedimiento fue un batidero, sin duda se va a impugnar ésta y otras de las legislaciones que se aprobaron en un promedio de 15 minutos, cuando mucho”, comentó.
Además, la votación en el pleno, en la que sólo participaron los senadores de Morena, PVEM y PES, en Xicoténcatl, tiene dos registros diferentes: el que en principio informó el área de Comunicación Social, con 58 votos a favor, dos en contra y seis abstenciones, y el que la secretaria de la Mesa Directiva, Verónica Camino Farjat, leyó en el micrófono, en el que dijo que eran 48 votos a favor, 12 en contra y seis abstenciones.
Supuestamente hubo una confusión por la pronunciación de los votos en contra, porque lo que se escuchó como “dos votos en contra”, Camino Farjat aclaró que eran 12.
“Lo dicho, fue un batidero”, insistió.
Ante este escenario, la investigadora Alma Maldonado, integrante del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, señaló que es evidente que “se cometieron irregularidades claras” en todo el proceso para aprobar la Ley de Ciencia, por lo que se prevé que haya una “lluvia” de amparos.
Explicó que existe mucha preocupación por todo lo que se avizora con la aprobación de esta legislación, porque ahora no tienen claridad sobre quién toma las decisiones y sujetan a los especialistas a vivir con incertidumbre.
“Preocupa quiénes van a tomar las decisiones y quiénes van a decir: ‘éstas son las prioridades en el sector’. También genera preocupación todo el asunto del financiamiento, cómo es posible que subordinen el desarrollo de las entidades a lo federal. Además, la promesa original en el Senado era que iban a abrir parlamentos abiertos y no se hizo, así que la comunidad científica y académica está muy a disgusto”, manifestó.
Dijo que esta situación les preocupa porque se pueden abrir las puertas a otro tipo de modificaciones, como a las becas y a los sistemas de posgrados, por lo que sin duda habrá una disputa legal.
- No hay claridad sobre quién toma las decisiones y define prioridades del sector.
- Financiamiento, al subordinar el desarrollo de las entidades al ámbito federal.
- La ausencia de parlamentos abiertos, como originalmente había prometido el Senado.
- Posibles modificaciones a becas y sistemas de posgrados.