Expertos e investigadores aseguraron que es preocupante la reforma al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), ya que sin análisis, debate ni conocimiento de causa aprobaron “al vapor” una iniciativa que busca centralizar el poder de la ciencia en el país y que quita la certeza sobre las investigaciones que se realizan.
En entrevista con La Razón, la investigadora Arcelia Martínez, de la Universidad Iberoamericana, advirtió que ahora el Estado decidirá en qué se invierte en ciencia y tecnología, en vez de que sean los investigadores quienes lo definan a través de órganos colegiados. Además, dijo que el mayor riesgo es que la ciencia se centraliza, dando mayor poder al Gobierno.
La investigadora señaló que se privilegia la educación pública, pero se deja a lo privado fuera, lo que deja sin certeza a cientos de investigadores que no saben qué pasará en el futuro.
“Son muchos los investigadores que se encuentran preocupados, pues ahora los científicos parecen el enemigo. En los últimos años se han reducido mucho las becas, dejando a los investigadores fuera”, subrayó.
“Es una reforma aprobada con poco conocimiento de causa, ya que los legisladores aprobaron al vapor y sin análisis la iniciativa, además de que sólo hicieron dos de siete parlamentos abiertos y, por ende, no cumplieron la promesa de escuchar a todas las voces. Tiene implicaciones importantes, como el elegir los temas que se van a financiar, pues ahora será el Gobierno el que decida y no los investigadores”, indicó.
Dijo que es muy grave que se califique como “burocracia dorada” a los científicos del país, ya que ellos están a favor de la investigación y no de la política.
Al referirse al tema, el investigador Marco Fernández, de México Evalúa, detalló que fue una mala ley, aprobada en el “agandalle”, porque está lejos de crear condiciones para establecer incentivos para mejorar el desarrollo de la ciencia y la innovación científica en el país.
“Se aprobó en el agandalle legislativo y no hay posibilidad de cooperación entre lo público y privado en el sector. Desdeña la posibilidad de realmente dar apoyo a los estudiantes e investigadores que buscan desarrollo”, consideró.
Indicó que hay una preocupación por el centralismo que se vislumbra y el poder que va a tener la directora del Conacyt en la toma de decisiones, pues se va a querer definir, de manera unilateral, los aspectos prioritarios en el ámbito de la ciencia.
“Es evidente que tenemos un problema serio de cómo las reglas del juego se han puesto y no son buenas noticias para el país”, agregó.
Alma Maldonado, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, opinó acerca de la nueva legislación y dijo a este diario que el rumbo que va a tomar el sistema se aleja de los países que tienen mayor producción científica y de conocimiento, lo que apunta a un retroceso.
“Sin duda esto apunta a un retroceso. Además, no sólo es el retroceso, es cómo va a quedar la comunidad, pues con mensajes como los de hoy (miércoles), amenazando, lo único que va a hacer es dividir por acusaciones infundadas y persecución; eso no es buena señal”, dijo.
Señaló que México va por un rumbo diferente al del conocimiento, pero hasta el momento no se sabe cuál.
El pasado 28 de abril, el Senado aprobó eliminar el Conacyt y en su lugar crear el nuevo Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación.