La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la pandemia por Covid-19 como emergencia de salud internacional luego de tres años, sin embargo, aclaró que el virus sigue presente y no se debe bajar la guardia.
De acuerdo con el organismo mundial, el número total de muertes que generó el virus desde el 22 de enero a la fecha está calculado en más de 20 millones, mientras que la cifra de infectados es de 765 millones.
En México, autoridades de Salud registran hasta el momento 333 mil 913 muertes y siete millones 587 mil 643 personas que se contagiaron.
Durante la emergencia por Covid-19, en México hubo un aumento en el exceso de mortandad desde 2020.
En ese primer año de la pandemia, en el país se esperaban 770 mil 762 defunciones, sin embargo, hubo 41.1 por ciento más, al registrarse un millón 87 mil muertes. Para 2021, el excedente fue de 40.8 por ciento, pues se preveían 777 mil 860 y fueron un millón 95 mil 480, mientras que en 2022 se avizoraban 802 mil 445, pero al final se dieron 818 mil 682, con un excedente de 2.0 por ciento.
En el resumen acumulado de 2020 a 2022, el excedente fue de 27.7 por ciento, al haber 650 mil 602 defunciones más de los 2 millones 351 mil 67 que se registraron.
En conferencia, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesu, dijo que es un momento de celebración logrado tras el incansable trabajo de millones de especialistas, de mucha innovación e investigación, de difíciles decisiones tomadas por los gobiernos y de sacrificios que todos han hecho.
“El Covid ha cambiado el mundo y nos ha cambiado. Ha sido mucho más que una crisis sanitaria. Ha causado graves trastornos económicos, eliminando billones del producto interno bruto, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones en la pobreza. Ha causado grave agitación social, con fronteras cerradas, movimiento restringido, escuelas cerradas y millones de personas experimentando soledad, aislamiento, ansiedad y depresión”, dijo.
En nuestro país el impacto a la salud mental de los mexicanos también se resintió. De acuerdo con el Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, hubo importantes aumentos en casos de depresión clínica, algo que expertos en psiquiatría de la UNAM consideraron como “la ola de la salud mental” como remanentes del Covid.
El Covid ha cambiado el mundo y nos ha cambiado. Ha sido mucho más que una crisis sanitaria. Ha causado graves trastornos económicos, eliminando billones del producto interno bruto, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones en la pobrezaTedros Adhanom Ghebreyesu, Director general de la OMS
Al menos en los primeros cuatro meses de este año, los casos de depresión clínica registraron diversas alzas en 26 entidades, rebasando incluso la media nacional de 17.8 por ciento, en comparación con el primer cuatrimestre de 2022.
El director de la OMS señaló ayer que el término de la pandemia también debe ser un llamado a la reflexión, pues las cicatrices que han quedado deben servir de permanente recuerdo sobre el riesgo de que nuevos virus emerjan con devastadoras consecuencias.
A pesar de ello, aclaró que el levantamiento de la emergencia internacional “no significa que el virus haya dejado de ser una amenaza”, ya que todavía causa una muerte en el mundo cada tres minutos, mientras.
“Miles de personas en el mundo siguen luchando por su vida en unidades de cuidados intensivos” y otras sufren los síntomas postcovid”, indicó.
“Lo peor que los países podrían hacer ahora es utilizar esta noticia como excusa para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que han construido o enviar a la población del mensaje de que no hay que preocuparse ya”, advirtió.
Sin embargo, destacó que desde hace un año la pandemia ha seguido una tendencia descendiente, ya que la inmunización de la gente ha ido en aumento por la vacunación en los países.
Fue el 23 de enero cuando la OMS alertó al mundo del brote del virus a nivel internacional, originado —de acuerdo con los reportes oficiales— en el mercado de Wuhan, China; pues de acuerdo a las investigaciones habría saltado de un animal al ser humano en un proceso conocido como zoonosis.
A pesar de ello, se desconoce el origen preciso del virus, que es un dato importante para conocer como atacarla de manera precisa. Tedros Adhanom Ghebreyesu señaló que la Organización Mundial de la Salud seguirá en guardia, debido a que el virus aún puede cambiar a variantes más letales y contagiosas, por ello se creará un comité de vigilancia que siga atento a la enfermedad y posible evolución.
En México, menores de 5 años, sin acceso a vacuna
Tres años después, se declaró el fin de Covid-19 como amenaza sanitaria mundial, escenario al que México ahora se enfrentará sin que menores de seis meses a cinco años cuenten con una vacuna para ser inmunizados y sin que más de 18 millones de personas mayores de cinco años hayan recibido por lo menos una dosis.
Informes de la Secretaría de Salud (SSa) con corte al 2 de mayo, apuntan que la cobertura de vacunación en la población a partir de los cinco años es de 84 por ciento, debido a que de 118 millones 240 mil 242 personas de dicho rango de edad sólo 99 millones 296 mil 793 cuentan con por lo menos una dosis.
Por grupo etario, el de la cobertura más alta es el de mayores de 18 años, con 91 por ciento; en tanto el de adolescentes de 12 a 17 años registra 64 por ciento, mientras que el de niñas y niños de cinco a 11 años, 61 por ciento.
Sin embargo, el panorama para los menores de este último grupo es distinto, pues a pesar de que a nivel mundial ya se cuenta desde hace más de un año con una dosis apta para ellos, en México no se avaló su utilización.
De hecho, apenas este jueves, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) autorizó un ensayo clínico de una vacuna para prevenir el virus del SARS CoV-2 en niños de seis meses a 12 años.
Sin que se cuente con una cifra precisa, hay algunos que sí lograron obtener la dosis gracias a que tuvieron la posibilidad de viajar a otros países o a programas como el que se aplicó en junio de 2022 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, para inocular a niños de seis meses a cuatro años en coordinación con las autoridades de salud de Laredo, Texas.
El paso de Covid-19 por México cobró la vida de 333 mil 913 personas, de las cuales, al menos mil 74 fueron menores de edad; 501 del sexo femenino y 572, del masculino. Éstas se dieron sobre todo en entidades con mayor densidad poblacional como la capital y el Estado de México, pero también Puebla y Veracruz.
De acuerdo con el último reporte del Sistema Nacional de Protección Infantil de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), hasta el 18 de abril de este año 114 mil 180 menores resultaron contagiados.
El grupo más afectado fue el de 12 a 17 años, con 60 mil 542 casos que se traduce en 53 por ciento del total; seguido por el de seis a 11 años, con 29 mil 281, mientras que de cero a cinco años hubo 24 mil 357.
Por ubicación geográfica, el reporte destaca que las entidades más impactadas en cuanto a su población infantil fueron Ciudad de México, Estado de México, Tabasco, Guanajuato y Nuevo León.
En cuanto al número de contagios en el total de la población, el Gobierno federal documentó siete millones 587 mil 643 hasta esta semana, de los cuales 12 mil 182 permanecen activos, toda vez que su contagio se dio en los últimos 14 días.
La capital, el Estado de México y Nuevo León fueron las tres entidades federativas con el mayor número de contagios en la República. En suma, acumularon tres millones 76 mil 551 casos, que se traducen en 40.5 por ciento del total de casos.
El virus no se ha ido, alertan infectólogos
Ante el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el fin del Covid-19 como emergencia sanitaria mundial, expertos en salud señalaron que esto no se traduce en la desaparición del virus que le dio origen, por lo que pidieron no bajar la guardia.
El infectólogo Alejandro Macías mencionó que el virus del SARS-CoV- 2 continúa en circulación; sin embargo, la situación ha mejorado pues la mortalidad disminuyó, mientras que la inmunidad creció a causa de la aplicación de las vacunas o la infección natural que se generó.
“El fin oficial de la pandemia por la OMS sólo señala que ha terminado la emergencia, pero el virus no se va; pasará a formar parte del repertorio de los virus que siempre nos enferman”, comentó.
El especialista Francisco Moreno definió el anuncio de la OMS como el fin de Covid-19 como la amenaza que provocó un “caos” a nivel mundial.
También subrayó que el virus no desaparece, porque seguirá provocando infecciones y aunque en su mayoría serán “leves”, señaló, aún aparecerán algunas en grado grave que podrían derivar aún en fallecimientos en personas con algún factor de riesgo.
En cuanto a la aplicación de vacunas, mencionó que aún no se sabe si se requerirán nuevas o aplicar refuerzos, pues esto dependerá del comportamiento del virus en los próximos meses.
Mientras tanto, Moreno Sánchez llamó a que se libere el uso de antivirales para esta enfermedad, con lo que se podrían evitar más contagios y fallecimientos.
“Después de mil 150 días podemos levantarnos y seguir con nuestras vidas, sabiendo que no somos eternos y que hay que disfrutar cada uno de los días”, dijo.
El virólogo de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí señaló que en este punto es importante cortar la transmisión, vacunar a la población, detectar y brindar tratamiento a lo que hoy se conoce como Covid largo.
Un estudio elaborado por ocho investigadoras mexicanas identificó desde agosto de 2021, 55 efectos a largo plazo en personas que contrajeron el virus.
Los cinco malestares más comunes fueron fatiga, en 58 por ciento de los casos; dolor de cabeza, en 44 por ciento; trastorno de atención, 27 por ciento; pérdida de cabello, 25 por ciento; dificultad para respirar, 24 por ciento.
Otros malestares también se relacionaron con enfermedad pulmonar, como tos y fibrosis pulmonar; cardiovascular, como arritmias y miocarditis, así como neurológica al identificarse demencia, depresión, ansiedad, trastorno de atención y trastornos obsesivo-compulsivos.
Estos fueron considerados como secuelas a largo plazo tras permanecer en el cuerpo más allá de dos o más semanas.
A pesar de que la mayoría se reportó en personas que sobrevivieron a enfermedades graves y críticas, los efectos de amplia duración también se vieron en individuos con infecciones leves que no requirieron hospitalización.