El programa, una solución básica en justicia, subraya

Caminos Rurales duplica meta; “vuelve a comunidades dueñas de su destino”: Nuño

el titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes detalla crecimiento del programa; van por 415 caminos, equivalen a pavimentar de Chetumal a Tijuana

Jorge Nuño, titular de la SICT, en entrevista con La Razón. Foto: Eduardo Cabrera | La Razón

Inició como un programa prioritario del Gobierno federal, pero en la actualidad es uno de los principales de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, a cargo de Jorge Nuño. Originalmente era para Oaxaca, pero se ha ampliado a nueve estados más, con una nueva meta de 415 caminos conformados por cuatro mil 165 kilómetros.

En entrevista con La Razón, Nuño Lara da cuenta de las razones que han llevado a aumentar los alcances de ese plan que hasta el momento reporta los siguientes números: 189 caminos terminados, 114 a entregar en 2023 y 112 caminos más a construir el año entrante.

Con este programa los integrantes de las comunidades se dan cuenta de que pudieron construir su camino, y eso los hace ser dueños de su propio destino. El hecho de que ellos lo hayan logrado los hace unas personas mejores y si son mejores pueden ser felices

Llama la atención que la meta sexenal de estos Caminos Rurales se haya duplicado. Duplicamos la meta a 415 caminos, porque agregamos nueve estados. El programa nació en Oaxaca y ahora ya lo tenemos en otras entidades como Guerrero, Tlaxcala, Sonora, Chihuahua, Veracruz, Hidalgo, Puebla, Nayarit y Durango. En Oaxaca ha sido muy exitoso por varias condiciones, por ejemplo, el que la gente acostumbra tener el tequio. No quiere decir que te regalan el trabajo por el tiempo que tú quieras, pero la gente se siente comprometida de hacer, de aportar algo a su comunidad, y eso ha hecho que el programa tenga mucho éxito. Tan es así que vamos a terminar con una meta de cuatro mil 165 kilómetros, que es como el equivalente a pavimentar de Chetumal a Tijuana. Y aparte del tequio ha sido exitoso, porque eran comunidades que estaban olvidadas y al haberles dado la confianza de que pudieran hacer su propio camino, les generó una mejor cohesión social. También les ayudó a tener un ingreso, porque con la pandemia tampoco había tantas fuentes de empleo, y al final se dieron un activo que todo mundo pensaba que no podrían lograr.

Hace unos meses se difundieron imágenes de un camino quebrado; ¿qué ha pasado con esos caminos que en algún momento generaron una especie de mala imagen del programa? Fue un camino en San Pedro Yolox, fueron 30 metros los que se dañaron por un deslizamiento de tierra. Lo que se ha hecho es reforzar el tema de la capacitación con las comunidades, decirles cómo lo tenían que hacer. Y algo que sí decidimos hacer fue reforzar el tema de la obra de drenaje. Hay algunas obras de este tipo que no podrían hacer directamente con mano de obra, y nosotros entramos entonces con programa presupuestal, con maquinaria, a desarrollar algunas obras de drenaje o algunos puentes.

Las comunidades los podrían hacer, pero se tardarían más tiempo. Esas obras especiales nosotros las hemos logrado desarrollar. ¿Y por qué concentrarse en las obras de drenaje?, pues porque ésas les dan la vida al camino, sin ellas el agua se concentra en las capas inferiores del camino y genera socavones. Incluso ahora que estamos viendo el tema de los caminos que estamos reconstruyendo por el huracán Agatha, así lo estamos haciendo, para que las comunidades puedan hacer su propio camino.

El objetivo del Presidente con este programa es ver comunidades felices. Y, por otro lado, las comunidades que han desarrollado estos caminos están contentas, lo hacen suyo, lo cuidan y es parte de ellas

¿Cuánto tiempo pueden estar funcionales? Yo creo que unos 10-15 años. Depende también del grado de mantenimiento que les podemos dar. Ahora ya que estamos terminando de construir estos caminos, estamos pensando en cómo desarrollar un programa de mantenimiento de las propias comunidades. Básicamente recogiendo la tierra que se va deslizando de los taludes y que queda en las cunetas. O el graneo que se da por la lluvia o los movimientos de la tierra. Eso poder recogerlo para que estén libres y las obras de drenaje fluyan de manera adecuada. Claro que si pasa un huracán puede lastimar parte de la infraestructura.

Los estados que se están agregando, ¿cómo se seleccionaron? Las propias comunidades se lo solicitaron al Presidente. De los primeros fue Sonora, con el tema del Plan de Justicia Yaqui. Ahí comenzamos a tener más solicitudes. Y luego se fueron expandiendo los planes de justicia a otros pueblos originarios en Durango, Nayarit… Una solución básica en justicia son los caminos, y por eso entraron fácilmente en esto. Antes de eso, en Guerrero, hicimos un reequilibrio a los contratos de conservación de asociaciones público-privadas en donde pudimos sacar dinero de estos contratos para dotarlos a los caminos de ese estado, sobre todo en la Sierra y la Costa Grande, que eran de las zonas menos atendidas y a las que el Presidente y la administración estaban dando una atención especial.

¿De dónde salió el presupuesto?, ¿puede seguirse ampliando? El recurso viene del Presupuesto de Egresos de la Federación, son recursos fiscales. Estaban en el programa de Caminos Rurales. Y ya después se hacen las adecuaciones presupuestales pertinentes para poder ir distribuyendo a municipios. Una de las cosas importantes de este programa que hay que señalar es que no se contrata a una empresa. Es un subsidio al municipio para que ellos contraten mano de obra y compren herramienta menor. No compran maquinaria. Si ésta falta, la pone el Gobierno del estado o en algunas ocasiones nosotros, como es en las obras de drenaje. Así podemos garantizar que el beneficio va directamente a las personas, que era parte del objetivo que quería lograr el Presidente.

¿En los otros estados es algo similar? Primero llegan las peticiones; hacemos un análisis de cuáles caminos sí se pueden desarrollar; se pactan con las comunidades y una vez hecho lo ponemos en el presupuesto o pedimos una ampliación presupuestal o buscamos el espacio de tal forma que se pueda financiar. Ahora lo que recibí de instrucción del Presidente fue que nos aseguráramos que ninguna cabecera de Oaxaca estuviera sin un camino pavimentado. Ése fue el primer objetivo, y que el resto de los caminos los podamos concluir. Lo que me pidió también fue que viéramos qué caminos programados en 2024 los pudiéramos hacer en 2023.

Jorge Nuño, titular de la SICT, en entrevista con La Razón.

¿Hay posibilidades de que se hagan más o ya están al límite? Yo creo que sí podríamos hacer algunos caminos más. Todo dependerá de ver cuáles, para que se puedan hacer las evaluaciones técnicas rápidas. El equipo de la Subsecretaría de Infraestructura estaría muy dispuesto a evaluar qué otros caminos se pueden hacer. Sí quisiéramos hacerlo, porque una de las cosas de las que nos damos cuenta con este programa es que no solamente la comunidad tiene un camino gracias al cual puede intercambiar sus bienes y servicios.

También los integrantes de las comunidades se dan cuenta de que pudieron construirlo, y eso los hace ser dueños de su propio destino. Que no dependen de lo que se pueda hacer por ellos. El hecho de que lo hayan logrado los hace unas personas mejores y si son mejores pueden ser felices. Y eso es lo más importante.

El objetivo del Presidente con este programa es ver comunidades felices. Y, por otro lado, las comunidades que han desarrollado estos caminos están contentas, lo hacen suyo, lo cuidan y es parte de ellas. Además hay algunos caminos que conducen a autopistas que estamos desarrollando. Hay tres que se conectan a la Mitla-Tehuantepec lo cual hace que en lugar de hacer 10 horas a la capital de Oaxaca ahora se puedan hacer cuatro horas. Y eso es un cambio de vida muy importante.

¿Hay algún tipo de problema en el programa de los Caminos Rurales con el famoso “elefante reumático” del que a veces habla el Presidente? En éstos no, porque no requieren más permiso que el de la comunidad. Algunas comunidades en ocasiones tienen dudas o conflictos internos, si acaso es el único problema que se llega a presentar. Pero como no implican una modernización —hacer más ancho un camino— o quitar árboles entonces no hemos tenido que enfrentar este tipo de cosas. Estos caminos son de un ancho de por lo menos seis metros, para que puedan caber dos carriles y generar buena circulación, y hay de seis y hasta de ocho metros, es el estándar.

Caminos Rurales vuelve a las comunidades dueñas de su destino: Jorge Nuño

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Caminos Rurales vuelve a las comunidades dueñas de su destino: Jorge Nuño