También existen

'¿Qué le regalo a quien no me creyó cuando me abusaron?'. Las mamás que ejercen violencia

A través de un ejercicio en redes sociales, decenas de mujeres revelaron las historias que sufrieron en su niñez a causa de la violencia de sus madres

Las mamás violentas también existen.
Las mamás violentas también existen.

Un estado publicado en Facebook llamó nuestra atención. "Daría lo que fuera por poder ver un ratito a mi mamá", decía la publicación. Una de las respuestas fue concreta ante el posteo: "Yo no. No quiero volver a verla nunca". ¿Por qué alguien no querría volver a ver a su mamá y más en una fecha cercana al Día de las Madres? Vamos, el 10 de mayo es una fecha en la que la figura materna se llena de halagos y de múltiples reconocimientos por parte de los hijos e hijas, sin embargo, hay un sector que pide no romantizarlas.

"Las madres malas, narcicistas, egocéntricas, violentas, existen", indican en otro posteo en donde decenas de mujeres se atrevieron a compartir historias en donde son maltratadas por sus mamás por cosas insignificantes como no saber lavar unas calcetas a los siete años, o por tener una falta de ortografía cuando apenas se estaba aprendiendo a escribir.

El maltrato de las mamás también existe.
El maltrato de las mamás también existe.

'A mí me jalaba el cabello'

Dicen los especialistas que, el maltrato tanto físico como psicológico, termina siendo también un tema complicado del que se necesita mucho contexto. Desde saber si esas madres que abusan, fueron abusadas, hasta conocer si la frustración que da la desigualdad, la falta de equidad y la ausencia de la compañía paterna para la crianza de los y las hijas, provoca que sean violentas.

Un post de "Casi creativos", un sitio en Facebook que ofrece terapia psicológica en línea, en el que refieren que "tenemos que dejar de romantizar urgentemente la maternidad. Las madres malas, narcisistas, egocéntricas y violentas existen. Hablar de que las mamás 'son amor' significa minimizar e invisibilizar la violencia que lxs hijxs sufren", reveló la cantidad de historias que decenas de mujeres vivieron al ser víctimas de sus propias madres.

"Ya falta poco para el 10 de mayo. ¿Qué le regaló a la señora que me sumergía la cara en agua con jabón y cloro por no lavar bien unas calcetas de la primaria?"; "O a la señora que me tomaba del pelo y me azotaba en la mesa hasta sacarme sangre de la nariz por no poder escribir bien. No sabía que era zurda"; "Me ensangrentó por no prender la estufa como ella quería"; "¿Qué le regalo a la que, cuando le dije que fui abusada por mi papá, no me creyó y siguió con él?", son algunas de las historias que se compartieron en este post.

Madres que se desesperan y maltratan

A lo largo del artículo "Madres que ejercen maltrato hacia sus hij@s: psicoterapia grupal", publicado en la Revista Digital de la Universidad Nacional Autónoma de México, se explica que aunque para el mexicano la figura materna es aquella dotada de amor, en la que recae prácticamente el 80 por ciento de la crianza de los hijos, también existen aquellas que, ante diversas causas y condicionantes, se muestran violentas ante sus hijos e hijas.

El maltrato de las mamás también existe.
El maltrato de las mamás también existe.

"En México, la mayor parte de la educación es a través de la familia y ésta se basa en la dirección por parte de la madre, como su principal agente, para transmitir el bagaje cultural y las normas sociales [...] sin embargo, hay madres que por situaciones personales se desesperan y maltratan", explican en el artículo firmado por Jorge Rogelio Pérez Espinosa.

"Belsky (1993) considera un aspecto relevante el que corresponde a rasgos de personalidad que pueden presentar madres que ejercen conductas de maltrato hacia sus hijos, entre estos se encuentran la desesperación e impotencia. Dopke y Milner (2000) manifiestan en sus investigaciones que las madres se desesperan ante situaciones de vida cotidiana, tales como los problemas de conducta de los hijos en las escuelas, discusiones o al considerar que además tienen que resolver muchas otras situaciones de su vida, se les dificulta encontrar alternativas de solución viables, por lo tanto, recurren al maltrato por considerarlo como la única opción", agregaron.

Es de resaltar que muchas de las mujeres que maltratan, de acuerdo a diversos estudios, son madres que han sido también abusadas, de las que poco se sabe porque guardan silencio ante los abusos que también traen a cuestas, los cuales van desde maltrato psicológico, pasando por violencia física hasta el abuso sexual.

El maltrato de las mamás también existe.
El maltrato de las mamás también existe.

'No justifico a mamá, pero ahora la entiendo'

"Mi mamá era muy estricta conmigo. No dejaba que yo me acercara a darle un abrazo o un beso, siempre me rechazaba. Para las muestras de cariño, era complicado que las aceptara. Sí me pegaba cuando me peleaba con mi hermano, de pronto hasta sentía que lo defendía más a él que a mí, o que lo quería más que a mí. Hasta que un día, entendí todo. No lo justifiqué, pero sí lo entendí", así lo platica Angélica Curiel para La Razón.

Se necesita de mayor apoyo psicológico a la madre, así como educación. Para esta labor tan importante y demandante no existe preparación alguna
Angélica Curiel, madre de familia

Un día su madre no pudo más y se sinceró. Decidió que era tiempo de confesar todo: "Mi mamá fue víctima de mi abuelo. Él abuso sexualmente de ella. Cuando se le ocurrió confesarlo a sus hermanas, ellas pareciera como si no quisieran tocar el tema. Hubo empatía, pero no la suficiente. Mamá, tal vez, acumuló todo ese rencor, toda esa frustración y la única manera de canalizarla era dándonos unas nalgadas o tratándonos con indiferencia cuando la queríamos abrazar. Mi historia no es tan terrible como las de otras mujeres a las que leo las sumergían en agua con jabón o les cortaban el cabello o las quemaban por no hacer las cosas 'como era debido', pero sí entiendo que muchas de ellas actuaban así porque también estaban siendo abusadas. No lo justifico, pero a ellas nadie las escuchaba".

Madres que violentan, y no en un afán de revictimización, también existen. Sin embargo, habría que preguntarnos bajo qué circunstancias se vuelven violentas para con sus hijos: desde los padres ausentes, hasta los abusos que se cometen en su contra iniciando por los padres, los hermanos, los tíos o los abuelos. La violencia contra las madres, entendamos, es también violencia machista.

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