Para fortalecer la vigilancia de la actividad del volcán Popocatépetl, al Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred) le falta equipo, lo cual afecta la posibilidad de poder responder con prontitud ante cualquier emergencia que derive del coloso.
En conferencia de prensa junto al Departamento de Vulcanología de la UNAM, Carlos Gutiérrez Martínez, director de Investigación del Cenapred, detalló que la instrumentación actual se compone de diez estaciones sistémicas:
- 3 estaciones meteorológicas.
- 2 sensores sónicos para evaluar las explosiones.
- 5 sensores para valorar deformación.
- 5 cámaras con señal permanente.
Actividad creciente del Popocatépetl no es atípica
Sin embargo, refirió que no es suficiente ya que, sin precisar cifras, dijo que es necesario ampliar la red de estaciones de registro sísmico, los instrumentos para evaluar la deformación, tener magnetómetros y también contar con cámaras de alta resolución, sobre todo térmicas, pues actualmente sólo se cuenta con una, la cual se consiguió en convenio con la Universidad de Colima.
Explicó que debido a la cercanía del equipo con el volcán, las herramientas para su vigilancia se encuentran expuestas a condiciones que las dañan aceleradamente.
Tomemos en cuenta que todos estos aparatos están permanentemente expuestos; no sólo a la intemperie, sino a condiciones verdaderamente difíciles: la caída de ceniza permanente e impactos en algunos casos; ha habido ocasiones en las que hemos perdido celdas solares o antenas por impactos del volcán y todo ello ocasiona deterioro acelerado de los equiposCarlos Gutiérrez Martínez, director de Investigación del Cenapred
El investigador del Departamento de Vulcanología, Servando de la Cruz, mencionó que el episodio que ahora registra el Popocatépetl "no es el primero ni será el último" ni “estamos ante una fenomenología sorprendente”, ya que desde el año mil 500 se han documentado al menos 13 similares, donde algunos han durado hasta 40 años con intensidad similar a la que ahora.
Explicó que la actividad volcánica de estos días forma parte de la que se detonó en 1994, pero que a partir del 96 comenzaron a formarse domos de lava al interior del cráter que se han destruido con explosiones, lo cual ha ocurrido 86 ocasiones desde entonces.
Microsismos de la CDMX y actividad del volcán no están relacionados
El investigador Carlos Valdés resaltó que en 1994, 2013 y 2016 también se registró caída importante de ceniza y que el incremento de actividad volcánica de "Don Goyo" se identificó desde septiembre de 2022.
Agregó que no existe relación alguna entre el volcán y los sismos registrados en la Ciudad de México, los cuales atribuyó a las fallas geológicas del suelo de la capital.
El doctor Robin Campion mencionó que no es posible predecir la intensidad y duración de la actividad volcánica; sin embargo, estimó que el episodio en turno se asemeja al vivido en 2012 y que duró dos años.
La doctora Ana Lillian Martin hizo hincapié en la importancia de protegerse de la ceniza y recolectarla, pues su presencia y acumulación, además de dañar la piel, los ojos y pulmones con su inhalación, puede dañar la señal de comunicación, aparatos y también el colapso de techos dado que no es polvo sino una composición de materiales pesados.
DAN